Después de muchos años residiendo en Alemania, cerca de treinta, Sonia Orfila (Maó, 1971) hace tres que regresó a casa definitivamente, una etapa esta última que ya brota en su producción artística ganando color. El resultado se aprecia en «Coherencia», una muestra retrospectiva, que se puede visitar en el centro cultural de Ca n’Àngel de Es Mercadal hasta el próximo viernes, y que supone un viaje por las diferentes etapas creativas a lo largo de 14 años.
«La mitad de la obra es figurativa e invita a pensar, la otra es espontánea y busca movimiento mediante los colores», explica Orfila sobre una propuesta que «habla de mi búsqueda del equilibrio vital a partir de las herramientas que tengo». A la menorquina le gusta jugar con el doble sentido, tal y como hace con el título de la exposición, para hablar de las herramientas que impulsan su trabajo, la coherencia y la herencia.
Tras un parón de cinco años por la pandemia, Orfila ha retomado la actividad con nuevos bríos. Cuando se le pregunta por el estilo que marca sus obras, responde que es complicado, «surrealista, pero con una mezcla de clásico», aunque quizás lo que más le define es el tono «narrativo». Algo que ha heredado de su formación: «Fui a la escuela de arte para aprender a ilustrar cuentos».
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