A escasas quince horas, noche mediante, de la celebración del pleno de constitución del Ayuntamiento de Ciutadella las negociaciones para alcanzar un gobierno entre el PSOE y PSM seguían encalladas. Todo hace pensar que el acuerdo se alcanzaría a última hora, dado que los encuentros entre ambas delegaciones políticas, comenzaban a las nueve de la tarde. Los gestos y expresiones de los implicados no denotaban optimismo.
Durante las últimas jornadas se ha repetido la liturgia, encuentros por separado de ambos partidos para debatir propuestas y contraofertas y sesión negociadora después. Pero ayer era diferente, el tic-tac que les ha amenazado cada día era ya definitivo.
El reparto de sillas, como en todo este tipo de negociaciones, se ha convertido en un obstáculo insalvable. Los dos años de alcaldía para uno y dos para otro, como propone el PSM contra los cuatro para el PSOE, que ha obtenido más votos, como proponen los socialistas. De fondo, la responsabilidad de la izquierda, la falta de entendimiento que facilitaría la alcaldía del PP, la lista ganadora.
Al margen de las negociaciones se ha quedado esta semana Ciutadella Endavant cuyo concejal es clave para asegurar la mayoría absoluta (5+5+1). Asegura su apoyo a un acuerdo entre las dos formaciones, pero si tal acuerdo no hubiere cristalizado, tendrá un protagonismo inicialmente inesperado.
La segunda opción planteada por el PSM si el PSOE se negaba a compartir la alcaldía era que esta fuera a manos de Sebastià Servera de Ciutadella Endavant. Y finalmente esta podría ser la opción con la que se llegue al pleno de hoy. La asamblea de esta agrupación de electores debía dar ayer tarde el visto bueno a esta propouesta.
Si así se llega al pleno de este sábado, sería la prueba del punto que ha alcanzado la rivalidad entre PSOE y PSM, ninguno cede y ambos quedan sin alcaldía.