A las 00 horas del mismo sábado de la investidura, se había alcanzado un pacto a tres bandas entre PSOE, PSM-Més per Menorca y Ciutadella Endavant para revalidar el gobierno progresista en ponent. Sin embargo, en pocos minutos todo cambió y se vino abajo lo avanzado las últimas horas. Una hora más tarde quedaba descartado el acuerdo y se abría un cruce de acusaciones sobre los motivos de la ruptura.
Durante la tarde, PSM y PSOE habían limado asperezas y acordaron que se repartirían la alcaldía a razón de dos años por partido. Esta entente era condición ineludible por parte de Ciutadella Endavant si querían recabar su voto. Sobre las 21 horas, representantes de la agrupación de electores se sumaron a la reunión y, a medianoche, habían logrado consensuar un «acuerdo de mínimos» para investir a Carol Cerdà como alcaldesa. Luego, «a partir del lunes teníamos que negociar el programa de gobierno y decidir si entrábamos en el equipo de gobierno», manifestaba ayer Sebastià Servera, de Ciutadella Endavant.
A partir de ahí, coinciden los discursos de Servera y de Josep Mascaró, el secretario de organización del PSM, y que contradicen a su vez la versión de los socialistas. Según ambas formaciones, «estaba todo hecho», pero a la hora de imprimir el documento, «puede ser chistoso, pero la impresora se quedó sin tinta», narraba Mascaró, quien ofreció desplazarse hasta la sede del PSM para imprimir y sellar el acuerdo. «Al llegar, en cinco minutos, las condiciones que proponía el PSOE cambiaron y es cuando nosotros nos negamos a firmar». Y «es cierto que llegaron a la propuesta nuestra de dos, más dos años» de alcaldía, pero «añadieron cargos de confianza, temas sueldos y prestaciones». Fue ahí donde «se demostraron las ganas de sillas del PSOE» y «ya no cedimos más».
Desde el PSOE, su secretaria general en Ciutadella, Sandra Moll, coincidía en que «a última hora el PSM dio un paso atrás y dijo que no firmaba. No lo entendemos, siempre dijimos que los dos años de alcaldía no eran gratuitos, que tenía unas exigencias por parte del PSOE, y las fuimos exponiendo durante la tarde». Y «cuando llegamos al punto de los cargos de confianza necesarios para impulsar Urbanismo, porque siempre hemos defendido que necesitamos ingenieros y abogados que permitan avanzar, sirvió de pretexto para decir que no querían cargos de confianza».
De hecho, «creemos que no había suficiente voluntad de acuerdo, porque sino habríamos mirado cómo hacerlo». Sin embargo, «no quisieron ni hablar», criticó Moll, quien considera que «romper por esto un acuerdo de gobernabilidad de cuatro años, si uno es inteligente se da cuenta que es un pretexto para no firmar, no es un argumento de peso para no firmar», concluyó la edil socialista.
El apunte
El PSOE rebajó sus pretensiones y cedía dos años de alcaldía al PSM
De forma contundente inició el PSOE las negociaciones con el PSM para formar gobierno. Carol Cerdà tenía claro que la tendencia inversa entre ambos partidos, con el PSOEganando votos y el PSM perdiéndolos, convertía a los socialistas como legítimos propietarios de la vara de mando. Con el paso de las semanas desde el 28-M, esta posición fue variando, primero hacia un 3+1, es decir, cediendo el último año para que Maria Jesús Bagur fuera alcaldesa. La negativa del PSM se impuso y finalmente Cerdà accedió a compartir el cargo al 50 por ciento, un 2+2, aunque eso dejó de importar cuando entraron en liza otras cuestiones.