Ángeles M. Obispo Maó
El catedrático en Filología Juan Vanrell Nadal (Algaida, 1930) ofreció ayer una ponencia en el foro organizado en Maó por Iniciativa Cívica Mahonesa. Vanrell defendió en su intervención la lengua balear y sus peculiaridades, frente a las imposiciones políticas porque aseguró, no sólo representa un tesoro filológico, sino que es el "alma y seña de identidad de nuestro pueblo".
Usted afirma que no existe ninguna razón histórica ni filológica que demuestre que Balears y 'los baleares' son culturalmente obra catalana. ¿En qué se basa?
En que Mallorca se reconquistó para el cristianismo en 1229 y Menorca en 1287 y hay mapas de esa época, del siglo XIII en los que no existía Cataluña. De hecho el territorio que actualmente es Cataluña estaba en esa época bajo dominio del rey de Francia. Cataluña, desde el punto de vista geográfico y político, no existía entonces. En cambio, existen documentos que afirman que cuando los romanos desembarcaron en Ampurias en el año 218 antes de Cristo ya se decía que los baleáricos hablaban el 'Balearicum eloquium'. Por todo ello no entiendo por qué se dice ahora que el mallorquín o el menorquín no existen.
¿Cree que esta negación obedece a razones políticas?
Naturalmente. Razones políticas no en beneficio de Mallorca ni de Menorca, sino única y exclusivamente de Cataluña.
¿Considera que las lenguas que se hablan en Balears están en peligro?
Sí. Hay muchos ejemplos. Este verano en Mallorca comenté a mi mujer que tenía 'talent', que tenía hambre, y alguien me corrigió, me dijo que esa palabra ya no se empleaba desde hacía años. Ahora todos los medios de comunicación y lo más jóvenes tampoco utilizan la palabra 'vacacions' y hablan de 'vacances', porque dicen que la otra es un castellanismo, cuando lo que hacen es emplear una palabra de origen francés. Lo cierto es que 'vacacions' está más cerca del origen latín de nuestra lengua, pero en catalán insisten que es mejor 'vacances'.
Pero es que en la escuela se enseña el catalán. ¿Cree posible que para las generaciones futuras ya sea por el peso del catalán o del castellano, las lenguas de Balears se pierdan?
Sí. Está demostrado que al cabo de un siglo, es decir, de cuatro generaciones, un idioma termina por desaparecer si tiene otro más poderoso por encima que se imponga.
¿En su opinión, por qué las autoridades de Balears parecen no estar interesadas en protegerlo?
Ésa es mi pregunta y mi enorme decepción. No sé por qué no defienden su propia lengua. Sólo encuentro una razón y es por las enormes cantidades de dinero que aporta Cataluña para expandir el catalán. Cataluña entrega a la Obra Cultural Balear más de un millón de euros y lo mismo hace con la Obra Cultural Valenciana. Poderoso caballero es don dinero. Obran de una forma inteligente. Saben que el pueblo no reaccionará y entregan millones a la universidad y a las autoridades que se han convertido en adalides del catalán.
En las Islas existe cada vez más la creencia de que emplear ciertas palabras de la tierra o el artículo 'salat' es vulgar o payés. ¿Están confundidos?
Totalmente. Hay que pensar que la lengua balear es un tesoro filológico. El balear es la única lengua romance que hace su artículo determinativo de un demostrativo latino diferente, del ipse, ipsa, ipsum, que da el famoso es, ets, sa, ses, so, sos. Esta variación en filología es un hallazgo. Una curiosidad de gran valor científico, menos curiosamente en Balears. Es una aberración y un engaño total. No estoy contra nadie ni contra Cataluña. Solo defiendo nuestra verdad filológica e histórica.
¿Y cómo se puede conservar la lengua balear?
Cómo hace aquí Iniciativa Cívica Mahonesa, como en Mallorca hace el Grupo de Amigos de la Historia o la Academia Balear, pero estamos solos porque nuestra postura es políticamente incorrecta. Porque los políticos rinden pleitesía a Cataluña en contraprestación al dinero que reciben. El dinero se ha impuesto sobre la verdad histórica y filológica.
¿Qué relación le une con Menorca?
Admiro el señorío de esta Isla. Fui profesor durante diez maravillosos años en el Colegio La Salle y recuerdo mis luchas en defensa del baloncesto. También recuerdo la defensa que hizo del Colegio el abogado Pedro Alejandre, padre del general Luis Alejandre, cuando antes de la guerra pretendían quemar el centro que por aquel entonces estaba secularizado.