El gobierno galo decidió que su Armada participara también activamente en la labor de recuperación de las víctimas. De modo que de la Marine Nationale partió la orden que la Escuadrilla de Contratorpederos estacionada en Cannes zarpara hacia Menorca y de ser posible -lo que no sucedería- se uniera un remolcador con base en el puerto de Marsella, con el fin de intentar intervenir rápidamente.
La escuadrilla la formaban las unidades "Carabinier", de 500 tons., al mando del TN Mr. Cuny; "Gabion", TN Mr. D'Adhinam; "Carquois", TN Mr. Copi; "Fanfare", TN Mr. Gervais, "Sobretache", TN Vastreau Nel y, "Cognée", CF Mr. Eng (quien a su vez ostentaba el mando de la Escuadrilla), estos cinco últimos de 400 tons. de desplazamiento.
A su llegada, el comandante Mr. Eng dirigió un telegrama a su homólogo de Marina español presentando sus saludos a la par que agradecía todos los esfuerzos realizados hasta el momento. Su grupo de submarinistas era muy experto y, sin duda, supondría una gran ayuda en los diversos trabajos de rescate a realizar. Pero... ¿qué le había ocurrido al "Général Chanzy" para haber naufragado?. Este episodio también ha dejado sus grandes dosis de incógnito y misterio para siempre.
El naufragio del liner
Los restos del vapor se hallaban a pocos metros de tierra y con una sonda sobre los mismos de unos 12 metros de agua.
Tras el accidente el casco se había dividido en tres partes: a 10 metros de distancia de tierra se hallaban parte de la popa y el timón y un poco más alejados, fragmentos de la máquina y la proa.
El agente consular señor Mir había nombrado a un grupo de tres expertos para que llevaran a cabo una exploración in situ, en el agua, a fin de localizarlos tras lo cual, sería redactada un acta oficial en los siguientes términos:"Los abajo firmantes certificamos que el día 19 de febrero de 1910 habiéndose personado en el lugar del siniestro y efectuado un detenido reconocimiento de dicho lugar y con auxilio de unos lentes denominados de fondo, pudieron observar que dicho buque se halla aproximadamente Norte a Sur, mirando la proa hacia el primer cuadrante dentro de la ensenada que forman las puntas de Codolar y Llosar.
La parte de popa hasta el departamento de máquina se halla a una profundidad aproximada de 12 metros y completamente destrozada, la cual se reconoce que es dicha parte del buque por estar al descubierto la máquina, eje de túnel, bocina de eje y tanque de dicha bocina, faltándole la hélice y el codaste.
Desde la máquina y mirando hacia el NW se halla parte de la obra maestra de proa, pero como en esta parte aumenta la profundidad considerablemente, es imposible reconocer con los elementos de que disponemos, los restos de esta parte del buque.
En la punta denominada "Codolar" se observa a nivel del mar, una parte de roca recién rota por efecto de un golpe y en el fondo de dicho lugar se ve el timón roto en el eje de prolongación, y junto a él está en dos pedazos parte del codaste, punto de apoyo del timón.
Lo que nos hace suponer que dicho buque al verse ensenado entre las rompientes quiso virar en redondo, o hacer máquina atrás, lo cual debía conseguir pero por efecto del oleaje y al caerle la popa hacia las rocas, dio el golpe que le ocasionó la ruptura del timón y hélice, quedando sin gobierno, y a merced de las olas y viento N, que fue de gran intensidad durante la noche del naufragio, y lo empujó dentro de la mencionada ensenada.
Y teniendo en cuenta el estado del buque tal y como queda mencionado, consideramos imposible toda tentativa de salvamento de ninguna parte útil del casco. Dado en Ciutadella de Menorca en el día 20 de febrero de 1910. Martín Pons, Juan Vilafranca y Juan Coll".
El 17, la barcaza denominada "Juanito" propiedad de la Compañía Arrendataria de Tabacos, recuperaba a una distancia de 3 millas de la costa al través del paraje conocido como Muntanya Mala un cadáver que estaba flotando.
Pertenecía a un hombre de unos 48 años que había sido localizado por un pescador de Fornells, que sería rápidamente trasladado a este mismo puerto. Identificado, se le reconoció como Mr. Bruno Cayol, el malogrado comandante del buque.
Tan pronto como fue sabido en Ciutadella se hizo largar amarras y zarpar al "Sobretage" para hacerse cargo del mismo. Transcurriendo la una de la tarde podía verse desde la bocana del puerto de Ciutadella que dos buques se dirigían hacia el mismo: uno de ellos era el "Sobretage", a toda máquina y con su bandera a media asta.
El segundo, que le precedía, quedaba al pairo llegado a la bocana. Se trataba del cañonero español "Temerario", que había estado patrullando por la zona con órdenes directas del Gobierno por medio del ministro de Marina.
Se suceden las teorías
Se había comentado insistentemente (consecuencia de las confusas y cambiantes declaraciones de Baudez) que el comandante Cayol no se encontraba a bordo del "Général Chanzy" en el momento del naufragio.
Así lo comentaba un pariente suyo en Marsella que asistió a las exequias: "Cayol no sentía entusiasmo por el 'Général Chanzy'. A sus íntimos había dicho más de una vez 'Ojalá pudiese cambiar mi barco por el 'Marechal Bugeaud', mi buque predilecto'.
En su último viaje Cayol había capeado un horrible temporal en cuyo transcurso una ola enorme había invadido el vapor, habiendo llegado el agua hasta la misma sala de máquinas. Durante cinco minutos se creía todo perdido ¿Cómo resistió el 'Général Chanzy'?
No se supo. Durante más de tres horas tuvieron que maniobrar las bombas.
De regreso a Marsella Cayol, que se creía salvado por puro milagro, fue en romería (aun cuando parecía de carácter poco religioso) al Santuario de Nuestra Señora de la Garde. Allí ofreció un cirio a la Virgen, para darle gracias por haberle preservado de aquel inminente naufragio. Al cabo de poco tiempo salió al mando del 'Général Chanzy' rumbo a Argel... donde no debía llegar jamás.
El haberse encontrado su cadáver lejos del lugar del naufragio (a unas 16 millas), alimentó otra teoría: que podría haber sido arrebatado previamente del puente por una ola tremenda, como aquella del viaje anterior. "Esa ola debió de llevarse con Cayol a los que estaban de servicio y al pasaje que se hallaba sobre cubierta y a partir de ese momento el vapor quedó sin dirección ni orientación".
Esto explicaría que fuese a dar contra la costa de Menorca. "Y pudo suceder que siguiendo el vapor a toda velocidad, mientras el pasaje dormía confiado en la pericia de su comandante, que ya había sido víctima de las furiosas olas, a los pocos momentos sintieron el estruendo del choque y en un abrir y cerrar de ojos, vapor y pasaje, quedaran sepultados en el fondo del mar...".
Sin embargo, Mr. Eng, comandante de la Escuadrilla de Contratorpederos galo, ofreció también otra versión de lo que pudo suceder basándose en el "abatimiento de algunos grados en el rumbo, lo que era comprensible a causa de la prácticamente nula visibilidad en esa noche y que, al observar desde el barco que iba a chocar contra el acantilado" (se supone que por escuchar el estampido de las olas contra el mismo), "se maniobrara rápidamente, desesperadamente, en un intento inútil de lograr separarse, lo que no pudo conseguir por estar ya muy cerca, logrando que el choque solamente fuese de costado, abriéndose una fuerte vía de agua que al llegar a la sala de calderas produjo una explosión, yéndose rápidamente a pique.
El no hallarse el vapor junto a la orilla se podría atribuir a que, como navegaba a dieciocho nudos, perdió en el choque parte de ella y con el resto pudo recorrer unos centenares de metros más".
La teoría de la explosión de las calderas sería rápidamente descartada en inspecciones posteriores, atribuyéndose el fuerte sonido que pudiera percibir Baudez a la liberación súbita del vapor existente en el colector principal de las calderas que, al quebrarse, le liberó en las heladas aguas del mar.