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Los primeros avisos de rissaga reabren el debate sobre la clausura del puerto

El cierre de la bahía cuando se decreta el nivel de alerta más baja despierta el rechazo de las navieras, que recuerdan que esas decisiones tienen repercusiones económicas y sociales muy importantes

NURA NOVA. En dos días ya ha anulado un trayecto y ha tenido que desviar otro al puerto de Maó por aviso de rissaga - Archivo

| Ciutadella |

El pasado miércoles los medios de comunicación menorquines recibieron un correo electrónico: el primer aviso de rissaga de la temporada. Un aviso algo madrugador, pero que obligó a cerrar el puerto de Ciutadella y con ello, reabrió de nuevo la conveniencia del actual protocolo de seguridad.
El miércoles la máxima oscilación en el puerto de Ciutadella fue de unos 50 centímetros. El jueves, de nuevo un aviso de rissaga conllevaba el cierre de la bahía, y en este caso la máxima oscilación del nivel del mar fue de 35 centímetros. Registros que llevan al responsable de Iscomar en Menorca, José Ignacio Seguí, a preguntarse si merece la pena cerrar el puerto de Ciutadella al mínimo aviso de rissaga.

En este sentido, Seguí recuerda que "el cierre del puerto conlleva consecuencias económicas y sociales que muchas veces no se tienen en cuenta cuando alguien decide, desde Palma, clausurar la bahía". Y no se refiere, añade, únicamente a costes para las navieras, sino que dejan de llegar pasajeros a Menorca cuando, entiende, con ciertas oscilaciones del mar sería perfectamente viable que un buque como el Nura Nova amarrara en Ciutadella.

Cabe recordar que actualmente el puerto se cierra en cuanto se decreta una alerta amarilla por rissaga. Ésta es la más baja de las advertencias existentes. Seguí asegura que el pasado año se puso en contacto con responsables del Instituto Nacional de Meteorología (INM), quienes, añade, le confesaron su opinión de que una alerta amarilla no debía conllevar inmediatamente el cierre del puerto, una medida que no se toma desde el INM, sino desde Ports de les Illes Balears. Seguí apunta que "en caso de una alerta amarilla, creo que debería comunicarse a las navieras y a los capitanes de los buques, para que lo tuvieran en cuenta a la hora de las maniobras y, en caso de duda, ya serían estos quienes abortarían las operaciones en curso. Y lo harían, porque nadie puede pensar que no vamos a cuidar al pasaje, la carga y la propia tripulación".

Seguí asegura que responsables del INM comparten la opinión de que el puerto de Ciutadella se cierre solamente con alerta naranja de rissaga. Algo que propuso a los anteriores gestores de Ports, y que no aceptaron. De esos gestores Mónica Pozuelo continúa como gerente de la entidad, y siempre se ha mostrado poco partidaria de alterar el protocolo de actuación frente a un aviso de rissaga. Su argumento es la seguridad de los pasajeros, algo que comparte Seguí, y que es compatible, añade, con no cerrar el puerto "siempre que haya un aviso de rissaga".

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