Los enfermos renales de Ciutadella denuncian la pasividad del IB-Salut en relación al reinicio del servicio de diálisis en el municipio de Ponent, y exigen que se cumplan los compromisos adquiridos y que se garantice la puesta en marcha de las instalaciones.
Antecedentes
Un grupo de perjudicados manifestó ayer su malestar con el IB-Salut, por los meses de molestias y falta de servicio en Ciutadella. El colectivo recuerda que la creación de una unidad de diálisis en Ciutadella data del mes de abril de 2000, con la finalidad de dar servicio a los enfermos renales de la zona de Ponent. Un logro fruto de "intensas gestiones del Ayuntamiento de Ciutadella y la asociación de enfermos renales de Menorca".
Un servicio que, según la presidenta de ALCER-Menorca, Coloma Marquès, "se creó de forma provisional con el compromiso de mejorar las instalaciones para garantizar las condiciones de seguridad establecidas por la normativa sanitaria vigente". Un compromiso que "el 25 de abril de 2009 el IB-Salut hizo público a instancias de ALCER", pero que no fue efectivo hasta diciembre de 2009, "ocho meses después" de haberlo anunciado. No fue hasta ese momento que se empezaron las obras para mejorar el servicio".
Esta actuación para optimizar las instalaciones donde se realiza el servicio de diálisis obliga a que, desde el 9 de diciembre, los enfermos renales deban desplazarse tres días por semana al hospital Mateu Orfila para seguir el tratamiento. "Los enfermos que precisamos tratamiento tenemos que ir a Maó", mientras "se hacen las obras de remodelación de una unidad que ha tenido una provisionalidad que ha durado diez años", denuncia el colectivo.
Sin fecha
Según el grupo de enfermos, el pasado 9 de febrero, aprovechando la visita de obras que se realizó a las instalaciones, "los responsables del IB-Salut nos hicieron saber que las obras estarían listas a finales de ese mismo mes y que a primeros de marzo se instalarían las nuevas máquinas". De ese compromiso se quejan desde ALCER, recordando que un mes después "aún no sabemos cuando se instalarán las máquinas".
La asociación lamenta los cuatro meses que llevan desplazándose a Maó sin saber hasta cuando deberán sufrir esta falta de compromiso por parte del IB-Salut.