La antigua fábrica Firestone tiene los días contados. Los trabajos de demolición del emblemático inmueble ubicado en la esquina de las calles Josep Maria Quadrado y Sant Esteve se iniciaron ayer aunque, tal y como señaló el jefe de la obra, las labores de derribo se llevarán a cabo manualmente en un primer momento hasta que sea necesaria la intervención de maquinaria pesada para reducir finalmente a escombros el edificio.
Las empresas constructoras Arcomesa y Virfin Menorca serán las encargadas tanto de las obras de demolición como de los trabajos de construcción de un bloque de viviendas de alto standing.
Según fuentes de la promotora catalana Areal Developers, propietaria actual del inmueble, la estructura básica del nuevo edificio estará lista a finales de este año aunque las obras no finalizarán totalmente hasta dentro de aproximadamente dos años.
El proyecto prevé que los 398 metros cuadrados de solar acojan una construcción de cuatro plantas de viviendas, una planta baja comercial y dos plantas subterráneas destinadas a garaje. Concretamente, el bloque dispondrá de 26 pisos de una o dos habitaciones, algunos de ellos dúplex. Por su parte, la planta baja podrá albergar hasta cuatro locales comerciales. Desde Areal Developers destacaron la demanda de viviendas en la zona y avanzaron que ya se han vendido sobre plano algunos de los pisos, tanto a clientes nacionales como a menorquines.
Satisfacción
El alcalde Vicenç Tur se mostró ayer satisfecho por el inicio de las obras de derribo de la antigua fábrica mahonesa. "El inmueble estaba totalmente en desuso y era importante darle una salida", indicó Tur, quien recalcó la importancia de que una empresa privada lleve a cabo un proyecto de estas características en un momento de complicada coyuntura económica. Asimismo, el alcalde apuntó que la demolición del edificio 'Firestone' y la posterior construcción de un bloque de viviendas era una de las piezas clave para dar por finalizada la rehabilitación integral de la zona de Josep Maria Quadrado.