Autofitxa
Me llamo Victorina Seguí Camps y tengo 50 años. Nací y resido en Maó porque se vive muy bien. Estoy casada y tengo tres hijas que ya viven por su cuenta. Soy modista y propietaria de una tienda de vestidos de novios y fiesta. Me gusta la música clásica, me encanta leer, también me apasiona la fotografía, y hacer todo tipo de manualidades.
Ayer empezó el otoño y las temperaturas también están bajando, ¿qué cambios implica esto en una casa?
Básicamente el cambio de ropa: prendas de armario y ropa de cama, sacar las estufas y también preparar la chimenea, dejando la leña a punto para cuando el frío pide encenderla.
¿Es algo que resulta muy farragoso?
Generalmente da mucha pereza, pero nosotros tenemos la suerte de poder tener unos armarios muy grandes, donde cabe toda la ropa colgada; sólo hay que poner delante las prendas de abrigo y dejar atrás las de verano. Lo que da es tristeza, nostalgia del buen tiempo.
¿Va renovando la ropa?
Lo que no me he puesto en dos temporadas lo doy, o a Caritas o a Mestral donde también lo reutilizan.
Usted es modista, y tiene una tienda de vestidos de novia y fiesta en Maó, ¿cómo organiza profesionalmente el cambio de temporada?
A partir de agosto empieza a llegarme la temporada de otoño e invierno a la tienda, pero aún estamos de rebajas así que no lo expongo hasta septiembre.
¿Y qué hace con los vestidos de verano?
De un año para otro nunca se aprovechan, porque los diseños cambian cada temporada. Lo que no se ha despachado en rebajas lo termino de vender en la Feria de Stocks, que se celebra la primera semana de marzo en el Recinto Ferial de Maó.
En los vestidos de novios, ¿hay mucha diferencia entre invierno y verano?
Sus diseñadores suelen presentar una colección anual; los trajes de hombre no llevan menos ropa por el hecho de que sea verano, y a una mujer cuando se casa le apetece estar muy guapa y lucir, por lo que normalmente visten tirantes, aunque no haga calor.
¿Pasa lo mismo con las prendas para fiesta e invitados de ceremonia nupcial?
La verdad es que no; éstos están más pendientes del tiempo. Pero lo que más destaca son los colores: con las buenas temperaturas se llevan tonos alegres y llamativos; el otoño y el invierno pide colores más apagados, oscuros o negros, lo cual no pasa con los trajes de los novios, que son de los mismos tonos.
¿Tiene que ejercer de modista para cada compra?
Es muy difícil que alguien elija vestido y pueda llevárselo tal cual.
Su trabajo no es sólo hacer de dependienta.
Adapto el vestido a cada persona, repaso los botones para asegurarlos, y plancho las prendas para entregarlas impecables.