Autoficha
Me llamo Luis Carreras López y tengo 41 años. Nací en Maó, vivo en S'Algar y soy agente de Medio Ambiente, un trabajo que me encanta ya que me gusta mucho la naturaleza y estar al aire libre. Mis aficiones son el rugby y los caballos.
Ya lleva unos años dedicándose a trabajar por el medio ambiente, ¿qué nos puede contar de su profesión?
Empecé en el 2001. Siempre me ha gustado mucho la naturaleza y estar al aire libre, así que es un trabajo que me gusta. La parte que es menos agradable es aquella en la que hay que poner multa, pero si se tiene que hacer, se hace. Creo que Menorca es la isla mejor conservada de Balears, pero siempre existe el peligro de que deje de estarlo. Opino que no conviene que se construya más.
Jugó en el equipo menorquín de rugby hasta el año pasado, cuando se retiró. ¿De dónde le viene la afición?
Cuando tenía 17 años vivía en Mallorca y siempre veía el rugby en la tele porque me gustaba. Conocí a una persona que jugaba a rugby en aquel momento y me decidí a probar. A pesar de lo duro que parece, es un deporte muy noble y el ambiente es muy bueno entre todos los compañeros. Mucha gente piensa que hay que estar fuerte para jugar a rugby, pero no es del todo cierto. Hay muchas funciones que realizar en el equipo. También es muy estratégico y se trata de jugadas, no es sólo fuerza bruta. Yo me retiré el año pasado, pero estuve jugando con ellos desde el 2001. Además, hay mezcla de nacionalidades porque en el equipo juegan británicos, bolivianos, argentinos, uruguayos, un norteamericano... En total, unos 35.
¿Qué hay de su afición por los caballos?
Tengo un caballo de nueve años. Se llama Omar, alias Panchito. Hay que dedicarle, al menos, dos horas diarias. Salgo en las fiestas de Es Castell y, cuando puedo, en las de Maó. También me gusta mucho ir de excursión.
¿Hay algún proyecto que tenga en mente?
Sí, me encantaría poder recorrer el Camí de Cavalls entero. Me encanta ir por él con el caballo, pero el problema es que hay tramos que no son transitables, hasta tal punto que puede ser peligroso porque no hay espacio para dar la vuelta con el animal. Hay gente que es más lanzada y puede que se arriesgue, pero yo, desde luego, no.