El experto en Responsabilidad Social de las Empresas y Organizaciones, Josep Maria Canyelles, subraya la importancia de este nuevo enfoque de gestión empresarial, mediante el cual se persiguen las buenas prácticas en la totalidad de la empresa, además de ejercer una actitud de transparencia de cara a la sociedad. Canyelles intervino ayer en una jornada sobre responsabilidad social empresarial, organizada por la Associació Leader Illa de Menorca. El ponente disertó sobre "La Responsabilidad Social Empresarial en pequeñas y medianas empresas del ámbito rural".
¿Qué es la Responsabilidad Social de las Empresas?
Muchas personas pueden tener la sensación de que hablamos de unas prácticas que son extrañas para la empresa o que sólo las hacen aquellas empresas que tienen una cierta voluntad filantrópica. Pero no es así. Cuando hablamos de responsabilidad social no hablamos de filantropía o de acción social, sino de un enfoque de gestión empresarial mediante el cual cualquier empresa, sea grande o pequeña, incorpora inquietudes o sensibilidades para tener unos buenos impactos en la sociedad y que la empresa sea respetada.
¿Qué implica adoptar esta nueva estrategia? Cite unos casos prácticos.
La diversidad es enorme. Podríamos sintetizarlos en las buenas prácticas en los campos laboral, con la conciliación de la vida familiar y laboral, la flexibilidad y la participación en los beneficios; social, con la ayuda para fortalecer el tejido asociativo, colaborar con entidades sociales e incorporar a colectivos de personas con discapacidad; de impacto económico, aquellas empresas que favorecen la compra de productos locales; y medioambiental. Las empresas deben distinguir y priorizar cuáles son sus mejores prácticas y cómo debe mejorar su actuación con respecto a los diferentes campos anteriormente citados, para desarrollar un plan de responsabilidad social más o menos sistemático.
¿Cuándo surgió esta Responsabilidad Social Empresarial?
Siempre ha habido empresas sensibles y que se han distinguido por sus buenas prácticas. Ahora bien, el concepto de responsabilidad social es relativamente nuevo. Hace unos 10 años no se hablaba de ello, aparece con bastante fuerza en el siglo XXI, lo que tiene una razón de ser, no es casual. Algunas de estas buenas prácticas, como la filantropía y la acción social, tienen un enfoque netamente empresarial, en el sentido de que no se entendería que una empresa haga filantropía y, por otro lado, tenga malas prácticas ambientales. La responsabilidad social afecta a la empresa globalmente y, por tanto, debe formar parte de unos valores y de un modelo de la empresa, e incluso de su estrategia particular ante el mercado.
Por tanto, es un estilo de gestión.
Sí y, por ello, debe afectar a la empresa en su conjunto. Además, la empresa no sólo debe hacer las cosas bien, sino que debe actuar con transparencia, debe rendir cuentas, lo que hace que la empresa pueda demostrar que no sólo lo está haciendo bien, sino que hay un proceso de mejora continua que es verificable y, al mismo tiempo, está creando confianza
¿Cuál es el nivel de implicación de las empresas con la responsabilidad social?
Cada empresa comprometida con la responsabilidad social tiene diferentes maneras de demostrar su compromiso, con la firma de determinados acuerdos, a través de unas normas y, lo que es aconsejable, con la redacción de unas memorias anuales de responsabilidad social. El conjunto de las empresas que aplican esta línea todavía son pocas, estamos en una fase inicial.
¿Cuáles son las características de estas empresas?
Acostumbran a ser empresas con una cierta orientación a la calidad, que buscan la excelencia y que quieren pasar de esta excelencia operativa a una excelencia social y esto no es casual, son unas empresas -grandes o pequeñas- con madera de liderazgo. Realmente son pocas si miramos al conjunto de las empresas. Pero si nos fijamos en aquellas empresas que más claramente pueden integrar la responsabilidad, aquellas que trabajan por una mayor calidad, este conjunto cada vez es mayor. Esto es positivo porque son empresas que arrastrarán a las demás.
Hasta ahora usted se refiere a las empresas privadas, pero también deben implicarse las administraciones públicas. ¿No es así?
La responsabilidad social es un enfoque de gestión que afecta a cualquier tipo de organización, ya sea pública, privada, social, grande o pequeña. Lógicamente, cuando una organización es grande y tiene unos procesos industriales que generan unos impactos de carácter ambiental la exigencia de responsabilidad social es mayor que si estamos hablando de una organización no lucrativa, pequeña, que no tiene ningún proceso industrial y que no genera impacto negativo a la comunidad o medio ambiente. Eso sí, cualquier organización aunque su impacto sea mínimo cada vez más está llamada a ejercer su responsabilidad social como parte de su propia coherencia, y aquí me refiero a la Administración.
¿En qué sentido?
Por ejemplo, la madera de las mesas puede provenir de bosques no sostenibles y el uniforme de la Policía Local puede proceder de mano de obra infantil de China, y eso cumpliendo perfectamente la ley. La Administración a través de las compras tiene la posibilidad de cláusulas sociales u otros mecanismos que pueden ayudar a incentivar la responsabilidad social. También puede extenderse a fundaciones y entidades sin ánimo de lucro.
¿Cuál es el futuro de la responsabilidad social?
Cada vez más se hablará de la responsabilidad vinculada a los territorios, un elemento añadido en el sentido de que hay territorios que pretenden que la responsabilidad social sea un atributo de dicho territorio. La idea de construir territorios socialmente responsables intenta gestionar con un cierto potencial esta responsabilidad, haciendo que haya organizaciones de cualquier tipo, favoreciendo el diálogo entre ellas para abordar los retos de futuro. Cuando hablo de territorios me refiero a un pueblo, una isla, una comarca o un país. Podríamos plantearnos como hacer que la isla de Menorca sea un territorio socialmente responsable, que no sólo se perciba como una isla magnífica desde el punto de vista paisajístico, cultural y humano, sino que tenga unas organizaciones que integren este estilo de gestionar la empresa y que no sólo aporte valor ecológico, ambiental o económico a la Isla, sino que se convierta en un elemento de identidad que permita la captación de talento.