Las obras de reforma del Teatre des Born tienen fecha de inicio tras cinco años de espera desde su cierre. La rehabilitación empezará el próximo mes de septiembre y se prolongará durante dos años, un periodo inferior al inicialmente estimado. Es la buena noticia que trajo ayer el subdirector de Arquitectura del Ministerio de Fomento, Dionisio Chaparro, en la visita que realizó a Ciutadella y en la que comprometió la financiación necesaria para la reforma.
El Gobierno central garantiza la financiación en tres anualidades. La primera partida es la de este año y será de medio millón de euros para que las obras puedan arrancar. Las dos siguientes inversiones llegarán en 2012 y 2013, con 2,1 y 1,9 millones de euros, respectivamente. En total las obras tendrán un coste de 4,5 millones de euros que asumirá íntegramente el Ministerio de Fomento, una inversión que la alcaldesa, Pilar Carbonero, agradeció "para el que será el centro neurálgico de la cultura en Ciutadella".
Chaparro aprovechó la visita para anunciar que la licitación de las obras se abrirá la próxima semana con la publicación en el BOE del pliego de condiciones para concursar. Tras el proceso administrativo y de adjudicación, las obras empezarán tras el verano. La rehabilitación podrá arrancar gracias a las gestiones realizadas por la concejal de Cultura, Maite Salord, para la compra de los palcos que históricamente eran privados, con un acuerdo mayoritario con los titulares. En este sentido, la edil avanzó que en breve se espera recibir la autorización para la urgente ocupación de la minoría de casos en que se ha procedido a la expropiación, por lo que el cien por cien del teatro será de propiedad municipal.
El arquitecto del proyecto, Josep Maria Forteza, explicó ayer en el Saló Gòtic los detalles de la intervención ante una numerosa representación política y ciudadana.
El Teatre des Born se inauguró el 1875, ejecutándose el proyecto original de Ramon Cavaller Gelabert. Desde esa fecha ha habido dos reformas importantes: en 1929 y 1985. El nuevo proyecto pretende recuperar la esencia arquitectónica original del teatro, con una actuación que permitirá crear 454 localidades y preservar la acústica de la que siempre ha presumido el auditorio.