Basta observarlo para confirmar que el buque de proyección estratégica LHD 'Juan Carlos I" es el gigante de la Armada Española.
Sus dimensiones y enorme apariencia se impusieron ayer al tiempo que entraba por el puerto de Maó. Una ciudad flotante iba aproximándose a paso firme para fondear cerca de la Illa del Rei. No dejó indiferente a nadie, ni a quienes lo contemplaron desde la ciudad ni a las 1.750 personas que decidieron poner rumbo hacia el buque y subir a bordo de este coloso de combate naval.
Es el de más porte y desplazamiento de la Armada, con 231 metros de eslora. Dispone de 5.445 metros cuadrados de superficie útil de carga distribuidos en tres cubiertas diferentes que se conectan por varios ascensores. Su capacidad aérea prevista es de hasta 30 aeronaves entre helicópteros medios y pesados, en perfil de operaciones anfibias o bien, entre 10 y 12 aviones más un número similar de helicópteros medios cuando actúe con perfil de misión de portaaviones. Además, está dotado de un completo hospital con dos quirófanos, una zona de hospitalización de 14 camas, zona de infecciosos, laboratorio, sala de radiología, gabinete de odontología y farmacia, entre otros servicios, aunque una de sus principales características es su gran capacidad para producir oxígeno medicinal. Asimismo, su sistema de telemedicina permite el apoyo de todas las especialidades médicas desde un hospital central de referencia.
La dotación del LHD es de 254 personas, bajo el mando del capitán de navío Cristóbal González-Aller. Pero actualmente viajan unos 57 guardiamarinas procedentes del 'Juan Sebastián Elcano'. Sin embargo tiene capacidad de alojamiento para 1.435 personas.
Este titán levó ayer las anclas en el ocaso con dirección a Turquía siguiendo su crucero de resistencia.