El Ateneu de Maó inauguró ayer con un gran éxito de público un nuevo ciclo de tertulias con la participación de la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, que bajo el título de "El camí del canvi" sintetizó los primeros 100 días de gobierno municipal y las propuestas de futuro. El poder de convocatoria de la alcaldesa quedó patente con la gran afluencia de público, que obligó a celebrar la tertulia en la sala de actos de la entidad, en vez de la sala habitual.
Águeda Reynés inició su intervención con un repaso de los meses previos a la cita electoral del 22-M y señaló que se trataba de la peor coyuntura socioeconómica que recordaba su generación, aunque ello facilitó unas expectativas de cambio después de 28 años de gobierno de la izquierda. Reynés reconoció que la consecución de 13 concejales por el PP, frente a los ocho del PSOE, fue un resultado sorprendente, culminado con la desaparición de los escaños que venía ocupando la izquierda nacionalista.
La alcaldesa aludió a la responsabilidad como norma en la gestión municipal, que destacó durante el discurso de investidura, y recordó que su primera decisión fue el desalojo del grupo de 'indignados' que ocupaban la Plaça Colón. Siguió el encargo de una auditoría para conocer la situación económica municipal, para priorizar el pago de las nóminas del personal y de los proveedores, a los que se abonaron 1,2 millones por mediación de un crédito ICO, además de otros 4 millones, con facturas de 2008 pendientes de pago.
Reynés defendió la reordenación del tráfico en el centro de la ciudad y su implantación durante el verano, además de justificar el cambio del día del pregón de las fiestas patronales, aunque afirmó que el próximo año podría celebrarse en su fecha habitual. Asimismo, apostó por reactivar los proyectos en el ámbito del puerto –varadero y vial de enlace con la carretera de la Mola– y confió con el apoyo del PSOE para llevar adelante estas iniciativas.
Reynés reiteró el compromiso electoral de no incrementar el IBI en 2012, por lo que el importe del recibo será igual al del año en curso, así como recuperar el topónimo de Mahón y proceder a la convocatoria de una consulta popular en el segundo año de mandato amparada en las 4.000 personas que lo han solicitado. La alcaldesa propugnó la mejora de la imagen turística del municipio y avanzó la próxima ejecución de un plan de ahorro energético, así como un programa de adopción de rotondas para su conservación con el apoyo económico de la iniciativa privada y de coste cero para el Ayuntamiento.
La alcaldesa expresó su preocupación por el elevado número de trabajadores municipales –unos 350– y admitió la dificultad para adelgazar la Administración municipal. Aseguró que no entraba en sus planes el despido de personal, aunque apostó por amortizar las plazas por jubilación y no cubrir las bajas laborales, siempre que no afecte a los servicios a las personas.
Reynés reconoció las dificultades para pacificar el tráfico en el puerto, debido a los intereses contrarios de las partes implicadas, por lo que se ha constituido una comisión de trabajo para analizar el problema y esbozar una serie de propuestas y alternativas para mejorar el puerto.