A pesar de las buenas vibraciones de la primera jornada de la Feria Internacional de Modacalzado, el desánimo se hizo patente ayer en el recinto de Ifema de Madrid. El certamen atrajo el domingo a numerosos visitantes pero la asistencia descendió drásticamente el lunes y no se prevén grandes cambios durante el último día de la convocatoria, que se clausura hoy. Sin embargo, la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca no pierde la esperanza y, aunque vaticina un probable descenso de las ventas en el mercado nacional, confía en salvar la temporada con cifras positivas. "Todavía es pronto para realizar un balance y, a pesar de que el ambiente no es para tirar cohetes, tampoco hay un gran pesimismo entre las firmas de la Isla", explicó ayer el presidente de la entidad, Juan Carlos Fernández.
El representante de la asociación subrayó que la crisis económica, unida a un invierno inusualmente suave hasta el mes de febrero, ha dado lugar a una temporada complicada para los fabricantes de calzado. "Se ha vendido poco y muchos establecimientos cuentan todavía a día de hoy con un stock importante de botas y zapatos de invierno a los que no ha podido dar salida", aseveró Fernández, quien confió en que las condiciones climatológicas consigan plantar cara a la difícil situación financiera durante la próxima primavera.
Con la finalidad de paliar esta caída de las ventas a nivel estatal, las exportaciones al extranjero continúan siendo un pilar fundamental para el sector del calzado menorquín. En esta línea, el presidente de la Asociación de Fabricantes de Menorca indica que, mientras el 45 por ciento de la producción de la Isla se vende en el mercado nacional, el 55 por ciento se comercializa fuera de España. En concreto, el 45 por ciento de los zapatos se exportan a países europeos, especialmente a Francia, Italia, Bélgica, Inglaterra y Alemania. Por su parte, el 10 por ciento restante se vende en el resto del mundo. "Estar presente en los mercados internacionales es esencial para la industria de la Isla porque nos ayuda a diversificar riesgos. De este modo, si el mercado nacional falla, podemos contrarrestar las pérdidas con las ventas en el exterior", indicó Fernández. Por el momento, el mercado italiano se ha convertido en una baza para las empresas menorquinas ya que, según el presidente de la asociación, el incremento de las exportaciones al país fue notable durante el pasado año.
Recelosos de una tendencia a la baja de las ventas nacionales, los fabricantes de la Isla continuarán en 2012 apostando por el extranjero para dar salida a su producción.