Menorca se encuentra a día de hoy frente a un cruce desde el cual se vislumbran diferentes caminos. No sabemos hacia dónde se dirigen pero debemos decidir con urgencia cual de ellos queremos tomar. Ante esta encrucijada, el Cercle d'Economia de Menorca hizo ayer un llamamiento al consenso entre las administraciones públicas y la sociedad civil con el fin de acordar políticas que permitan dar un cambio de rumbo y mejorar la situación económica actual.
"Es nuestra responsabilidad, debemos ser capaces de escoger el camino que nos lleve hasta la Menorca que queremos", subrayó el vicepresidente de la entidad, Miquel Ángel Casasnovas, durante la presentación de la primera nota de opinión elaborada por el Cercle d'Economía, que comenzó su andadura el pasado mes de febrero y que actualmente cuenta ya con 27 socios.
Los miembros del colectivo han dedicado estos meses a analizar en profundidad las debilidades y fortalezas de Menorca, un diagnóstico que ha cristalizado en 35 alternativas que el Cercle d'Economía defiende para redirigir la coyuntura de crisis económica, siempre desde un prisma de esperanza y optimismo. "La Isla saldrá de la crisis más reforzada", vaticinó el presidente de la entidad, Francesc Tutzó, sin arriesgarse a dar una fecha concreta en relación a la aparición de los tan ansiados "brotes verdes" .
En concreto, Tutzó destacó la falta de una marca e imagen propia como uno de los puntos débiles de Menorca, lo que dificulta su identificación como destino turístico y pone trabas a la exportación internacional de productos agroalimentarios e industriales. En este punto, el vicepresidente del Cercle d'Economia señaló la necesidad de dar a conocer la Isla en el exterior poniendo especial énfasis en sus singularidades, tales como la declaración de Reserva de la Biosfera, la disponibilidad de infraestructuras adecuadas o la riqueza de su patrimonio histórico.
Por su parte, el director del colectivo, Luís Hernández, hizo especial hincapié en la formación como la base para aumentar el conocimiento y fomentar la ilusión entre los más jóvenes que, a día de hoy, se ven obligados a emigrar en búsqueda de oportunidades. Para paliar esta fuga de cerebros, el experto abogó por la construcción de un centro de investigación en Menorca ligado a su condición de Reserva de la Biosfera. En esta línea, también rompió una lanza en favor del Parc Bit de Alaior que, según dijo, debería contar con una incubadora de empresas que suponga un soplo de aire fresco para los emprendedores menorquines.
"No hace falta disponer de grandes instalaciones, tan sólo es necesario empuje y creatividad", manifestó. No obstante, Hernández constató la importancia de que la Isla cuente con una red de conexión a internet de alta velocidad que permita atraer a futuros emprendedores del ámbito de la tecnología.
Asimismo, el director del Cercle d'Economia propuso la creación de una escuela de diseño de alto nivel que atraiga hasta la Isla a estudiantes de otros puntos de España o el extranjero. "El diseño es fundamental para buscar un producto exclusivo que sea exportable", remarcó Hernández, quien apuntó que este centro podría convertirse en un punto de referencia para el sector del calzado y la bisutería.
"En una situación complicada como la actual, nos hemos de comportar como lo haría una gran empresa: simplificando al máximo los procedimientos, eliminando el gasto superfluo, coordinando los servicios y siendo más eficientes y eficaces", resumió el director de la entidad. En este sentido, tanto el abogado Pedro Monjo como el empresario hotelero Guillermo Díaz Montañés añadieron que la solución a la crisis "está en nosotros mismos". "Hasta la fecha nos hemos aprovechado de lo que han hecho los demás y a partir de ahora somos nosotros los que debemos crear riqueza", espetó el letrado menorquín.
La presentación de la nota de opinión concluyó con un mensaje de optimismo por parte de los miembros de la Junta Directiva, quienes no dejaron pasar la oportunidad para reclamar a la clase política una mejora de las conexiones aéreas sin las que, según apuntaron, muchas de las medidas propuestas no se podrán poner en marcha. "El transporte es una cuestión absolutamente prioritaria de pura justicia y equidad, hace 20 o 30 años estábamos mejor conectados que ahora", espetó Casasnovas poniendo punto y final al acto.
Menorca, la más pesimista
La percepción sobre la situación económica actual en Menorca es la más negativa de Balears. El último informe de Gadeso revela que el 81,7 por ciento de los menorquines califican la coyuntura actual como mala y, además, no prevén cambios significativos de cara a un futuro próximo.
En concreto, el 33,8 por ciento de los ciudadanos de Menorca creen que la crisis se mantendrá durante el 2012 y también de cara a 2013, tal y como reflejan los datos proporcionados por Gadeso.
En relación al mundo laboral, también domina el pesimismo. Seis de cada diez ciudadanos de Balears creen que no se conseguirá crear puestos de trabajo durante 2012. De nuevo, Menorca es la isla con peores perspectivas ya que un 61 por ciento de los entrevistados dice que no se podrá crear ocupación, frente al 23 por ciento que se muestra optimista.