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Nos llamamos Anna Navarro y Miguel Garrido, tenemos 29 y 26 años y somos de Barcelona y Madrid, respectivamente. Hace más de un año que estamos en Menorca y nos dedicamos a la decoración y a la creación. Nos encanta pintar, la cerámica, imaginar y crear muebles, y el deporte. Vivimos en Maó aunque nos encantaría hacernos una casita en el campo.
¿Qué os llevó a instalaros en la Isla?
Menorca tiene un punto mágico y especial. Quisimos hacernos una casa en el campo con nuestras propias manos. Yo (Miguel) vine por la casa. Y yo (Anna) vine por él. Los dos estamos encantados aunque lo de la casa ha quedado en un segundo plano porque hemos puesto en marcha un negocio.
¿En qué consiste vuestro trabajo exactamente?
La idea surgió precisamente por querer hacernos una casa a nuestro gusto. Ofrecemos piezas únicas hechas a mano a precios accesibles con material reciclado. Ideamos desde un boli a una casa, según la idea con la que venga la gente. Al hacerlo para nosotros pensamos "¿Por qué no ofrecer esto a los demás?". Trabajamos con artesanos de la Isla y un arquitecto, teniendo en cuenta aspectos ecológicos. Nosotros damos otra vida a los materiales que ya no se usan.
¿Cómo consiguen los materiales?
Los buscamos en sitios de segunda mano, como Mestral. También en los contenedores, donde muchas veces se dejan piezas de madera. Incluso los troncos que flotan en el mar. Aquí hay gente con muy buena mano, artistas que valen mucho.
Inauguraron el local hace un par de semanas. ¿Qué tal por ahora?
Fue una maravilla. Resulta una sensación extraña porque la gente nos decía que les gustaba mucho el espacio y lo que hacemos. Ya nos han encargado las sillas para un bar que van a abrir en el puerto, y su decoración. También algunas piezas para una tienda... Lleva trabajo pero el resultado es original. Hacemos piezas de madera a cuadros o iluminación.
¿Cuáles son sus planes de futuro?
Crecer en el ámbito personal y aprender. Nuestra ilusión sería poder tener un taller para disponer de una carpintería como toca, sin limitaciones; y para tener también espacio para pintar. Queremos seguir adelante con nuestra casa en el campo aunque lo primero es levantar el negocio y, luego, invertir en ella.