Los pasajeros del vuelo FR 6884 de la compañía Ryanair, que tenía prevista su salida hacia Barcelona a las 8.45 horas de ayer lunes, despegaron del Aeropuerto de Menorca con seis horas de retraso debido a una avería en el aparato, según confirmaron fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y algunos de los pasajeros que sufrieron la demora.
Es el segundo retraso de consideración, en poco más de quince días, que registra la aerolínea irlandesa en las conexiones entre Menorca y la Península, después de que otra avería provocara una demora de doce horas en un vuelo que se dirigía a Madrid el pasado 25 de agosto.
En esta ocasión los pasajeros se lamentaron, no sólo de la larga espera, sino también de que durante más de dos horas permanecieron dentro del avión y, algunos ratos, sin energía eléctrica, por lo que no funcionaban ni la luz ni el aire acondicionado. El aparato iba al completo y con numerosas familias con niños, declaró anoche uno de los afectados, por lo que algunas personas solicitaron a la tripulación salir de la aeronave, ya que el 'finger' permanecía conectado.
No obstante, como el comandante del avión había salido para contactar telefónicamente con la central de Ryanair, siempre según este testimonio, los tripulantes advirtieron que "nadie podía abandonar el aparato si el comandante no estaba, nos tuvieron como secuestrados, cuando algunos lo que querían era mirar si había vuelos alternativos con otras compañías".
Finalmente, Ryanair recolocó el pasaje en un avión que llegó procedente de Málaga y que primero paró en Barcelona y, desde El Prat, se trasladó a recoger a los viajeros de Menorca.
La explicación que recibieron los clientes de Ryanair es que el avión tenía problemas con la batería y que debían llamar a uno de los mecánicos de la empresa en Dublín. Al cierre de esta edición la compañía no había ofrecido ninguna información sobre el retraso, remitiendo al departamento de marketing de la central de Ryanair en Irlanda.