El matadero de Ciutadella se está poniendo a punto después de que una inspección de Sanidad detectara deficiencias.
"No se trata de que no hubiera garantías sanitarias, sino que para cumplir la nueva normativa europea era necesario ejecutar una serie de mejoras", afirma el concejal responsable, Lorenzo Coll. De hecho se refiere a la falta de inversiones en los últimos años "porque se estuvo esperando el proyecto del nuevo matadero y luego ha venido la falta de dinero lo que ha llevado a una ausencia total de mejoras", apunta. No obstante, tal como reconoce el edil, el toque de Sanidad ha sido determinante para "rascar" un dinero de emergencia y poder acometer estas actuaciones. "Estaba en juego el cierre del matadero", según confirma.
Tras la redistribución de algunas partidas, el edil afirma que ha conseguido los 25.000 euros necesarios para subsanar las deficiencias. La primera inversión ha sido la compra de un triquinoscopio de última generación que ha costado 3.500 euros. "El matadero tenía uno, funcionaba pero había quedado obsoleto. Esto no quiere decir que el control sanitario para detectar la triquinosis en la carne de cerdo no se realizara, aunque ahora disponemos del aparato homologado", señala.
En el fondo se refiere a que la normativa europea "es cada vez más estricta" e instalaciones como el matadero deben adaptarse constantemente para cumplir. "No quiere decir que hasta ahora no se haya cumplido con las garantías sanitarias. Los consumidores pueden estar bien tranquilos", recalca.
Otra de las mejora realizada ha sido la reparación del sistema de agua caliente y las cubas de inmersión para la desinfección de los utensilios que utilizan los matarifes, como también el sistema de limpieza interior a presión. La semana que viene empezarán las pequeñas reparaciones en las grietas del pavimento, como también se implantará el sistema de agua a presión para la limpieza del tren de transporte de la sala de pollos.
Asimismo, según las recomendaciones sanitarias, ahora se han separado la entrada de los camiones con los animales y la salida de los vehículos con los productos cárnicos, al igual que se ha instalado un sistema para la desinfección de las ruedas tanto a su entrada como a su salida del recinto.
"Son deficiencias que se arrastran de años atrás y ahora, con el toque de atención de sanidad, nos toca actuar". La obra más importante tendrá lugar en noviembre. Se trata de acondicionar y alargar el foso dónde se realiza el corte en canal de las piezas y se hará el repintado de algunas zonas deterioradas. Para ello, Coll anuncia que durante una semana se cerrará el recinto. "Hemos elegido estas fechas porque es cuando menos actividad hay en el matadero. Durante esta semana, realizaremos los sacrificios en Maó".
Sobre los establos y espacios dónde permanecen los animales vivos, Coll asegura que "están en condiciones, lo único nuevo ha sido instalar el suministro de agua automático, porque antes se hacía manual". La idea del edil es que las mejoras queden terminadas a finales de año, incluyendo la sustitución de vigas en la sala de descanso de los matarifes, que presentan aluminosis, y otra viga en la sala de porcinos.