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Acuerdo para rebajar la tasa de vados y la tensión vecinal

PP y PSOE consensuan la regularización de las placas para ocupar el espacio público y aprueban la Ordenanza con un descuento general del 10 por ciento

Sesión. Tras el debate lingüístico, los ediles retomaron el debate sobre las cuestiones económicas - Gemma Andreu

| Maó |

Populares y socialistas aprobaron ayer por unanimidad la nueva Ordenanza fiscal que regula la tasa por ocupación de dominio público, que incluye una rebaja general del 10 por ciento para todos los vados más un descuento adicional del 25 por ciento para aquellos que no supongan la eliminación de una plaza de aparcamiento.

El acuerdo político llega después de la protesta vecinal en zonas de la ciudad como Dalt Sant Joan y en las urbanizaciones de Binixíquer, Canutells y Cala Llonga, donde los residentes se han rebelado contra la decisión municipal de obligarles a colocar vados y pagar la correspondiente tasa.

El teniente de alcalde de Servicios Generales, Salvador Botella, negó ayer ante el pleno que la medida tenga por objeto aumentar la recaudación para las arcas municipales; el objetivo, aseguró, es "regularizar" los vados y resolver situaciones conflictivas, relativas a la seguridad vial, así como el "agravio comparativo" que supone que unos vecinos paguen por la ocupación de este espacio público y otros no.

Contribución

Mientras que las ordenanzas reguladoras del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica y sobre el servicio de estacionamiento en la vía pública no sufrirán modificaciones en 2013, la congelación del tipo del IBI no servirá para que el coste total del recibo se mantenga, sino todo lo contrario. La nueva Ordenanza fue aprobada con los votos a favor del PP y en contra del PSOE.

El portavoz socialista, Vicenç Tur, sostuvo ayer en su intervención que los ingresos en concepto de IBI aumentarán 1,5 millones de euros, frente a la cifra que ofrece el equipo de gobierno, 330.000 euros. Aunque se mantenga el tipo impositivo de 2012, un 0,68 por ciento, y no se repercuta la subida del IPC, cifrada en un 3,4 por ciento, el incremento del 6 por ciento al que obliga el Gobierno central para los recibos por encima de la media, y la revisión de los valores catastrales elevará la cuantía de la contribución.

La diferencia es que el PSOE apunta una subida media de 90 euros del recibo del IBI, mientras que el PP sostiene que lo hará en una horquilla de entre 6,22 y 13,22 euros.

Por zonas, Tur aseguró que el incremento de la contribución será mayor en los núcleos de Sant Climent (14,9 por ciento) y Llucmaçanes (14,4 por ciento), se irá al 12 por ciento en el barrio de Dalt Vilanova, al 7,45 por ciento en el Eixample (calles como S'Arraval), a cerca del 6 por ciento en Camí de Ses Vinyes, otro 6 por ciento en Fort de l'Eau y un 7 por ciento en la zona residencial de Malbúger. Una subida de los recibos que, añadió, "llega en el peor momento para las familias" y que supone el incumplimiento de la promesa electoral del PP de aliviar la presión fiscal en el municipio.

Política de 'Dragon Khan'

El concejal Salvador Botella tiró de hemeroteca y recordó a los socialistas que, mientras estuvieron en el gobierno, su política respecto al IBI era como "una montaña rusa, subían a la cúspide del Dragon Khan y luego entraban en caída libre cuando era un año electoral". Así, repasó los años 2004, con una subida del recibo del IBI de un 19 por ciento, para pasar al 6,32 por ciento en 2007, volver a subirlo hasta un 11,84 por ciento en 2008 y rebajarlo un 4,08 por ciento en 2011.

También echó en cara al portavoz socialista la deuda pública (24 millones de euros) que legaron al nuevo gobierno. "Usted sabe cuál es la herencia que no nos permite rebajar el IBI", afirmó Botella, quien enumeró, entre otros, "los 150.000 euros de pago al interventor", cuyo cese fue decretado por el anterior gobierno, y el contencioso por la paralización de las obras de Cala Llonga.

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