Los trabajadores de Iberia en Menorca están en pie de guerra. Ayer se sumaron a la huelga, secundada por la totalidad de los efectivos que cubrían los servicios mínimos -fijados para el cien por cien de los vuelos-, y a las movilizaciones convocadas en el ámbito nacional en protesta por el plan de reestructuración presentado hace apenas unos días por la empresa y que, de mantenerse en las condiciones iniciales, implicará el despido de once personas en la isla, así como la aplicación inmediata de medidas salariales y de productividad que rebajarán sustancialmente las condiciones laborales actuales.
Parapetados detrás de una pancarta en la que se podía leer "No al plan de destrucción de Iberia. Todos unidos podemos", más de medio centenar de trabajadores alzaron la voz ayer en la terminal aeroportuaria contra los planes de IAG, holding resultante de la fusión de Iberia y British Airways, que, en todo el Estado, supondrá el despido del 19 por ciento del total de la plantilla, es decir, 3.807 personas en toda España.
Con esta acción de protesta, que se repetirá el próximo viernes, los trabajadores de Iberia en Menorca, unos 170 entre fijos y fijos discontinuos, se sumaban al inicio de los quince días de huelga convocados por los sindicatos entre febrero y marzo y que quedarían repartidos de la siguiente manera: de ayer al 22 de febrero, del 4 al 8 de marzo y del 18 al 22 del mismo mes. Una huelga que, por otra parte, no debería tener una incidencia visible en la Isla ya que el Ministerio de Fomento ha establecido unos servicios mínimos para el cien por cien de los vuelos en Balears y también en Canarias. De hecho ayer, a excepción de la acumulación de pequeños retrasos, la jornada transcurrió con normalidad.
Por el contrario, sí que afectará sustancialmente a otros territorios ya que para esta semana han sido cancelados 415 vuelos de la aerolínea, el 40 por ciento de los programados, un impacto que alcanza a otras compañías como Vueling, Air Nostrum e Iberia Express que tienen contratados los servicios de asistencia en tierra o 'handling' con Iberia y que, previsiblemente, dejarán de operar otros 807 vuelos.
Sin plan de futuro
El plan de reestructuración presentado por Iberia, aparte del expediente de regulación de empleo que acabará, si nada cambia antes de que expire el plazo de negociación el próximo 14 de marzo, con casi un quinto de la plantilla nacional y local en la calle (11 de los 61 fijos), contiene una serie de medidas salariales y de productividad que afectarán directamente a los que queden.
Esto, sin embargo, no es lo más lacerante para los sindicatos que ven cómo Iberia se va desdibujando poco a poco. Y es que temen que la que fuera compañía aérea de referencia en España acabe convirtiéndose en una "mini-compañía" cuyo radio de acción se limite al mercado iberoamericano. Todo ello, en beneficio de British Airways y Vueling.
"Estamos dispuestos a hacer sacrificios", dijo ayer el secretario general de CCOO, Patricio Serra, "pero queremos que la empresa nos hable de futuro, que nos hable de planes de viabilidad y eso no lo está haciendo".
Los sindicatos, por su parte, sí han planteado diferentes propuestas, como la aplicación de una rebaja de la masa salarial en un 46 por ciento, entre recortes de nóminas y congelación de incrementos y pluses. Incluso aceptan la aplicación de un ERE, pero no uno nuevo que pueda acogerse a los postulados de la nueva reforma laboral como plantea Iberia, sino el que se aprobó en 2001 y que tras varias prórrogas seguirá vigente hasta finales de este año.
Todo apunta, sin embargo, a que los planes de la compañía van por otro lado, Así, de materializarse los temores sobre la posible salida del mercado nacional de Iberia, los trabajadores de Menorca quedarían muy mal parados en un plazo de tiempo no muy largo ya que la práctica totalidad de éstos desempeña funciones de asistencia en tierra, un servicio cuya contratación se sacará de nuevo a concurso público durante este año y, previsiblemente, no contará con ninguna oferta de la compañía española.