Autoficha
Me llamo Esteban López Alcaraz. Nací en Almería en 1952 y desde el 1972 resido en Menorca. Mi profesión es la de mecánico soldador. Trabajo para el Ministerio de Defensa en la Base de San Isidro de Maó. Antes estuve trabajando en el extranjero, fui uno de los emigrantes de la época franquista. En Alemania trabajé para la Opel y luego en una fábrica de máquinas rellenadoras de botellas y entaponadoras. Vine a Menorca para cumplir con el Servicio Militar, me enamoré y aquí me quedé. Entre mis aficiones destaca la Política, con mayúsculas.
Usted ha restaurado varias piezas que se exhiben en el Museo Militar. ¿En qué ha consistido esta labor?
Se trata de cuatro elementos diferentes que se tuvieron que desmontar pieza a pieza, reparar, hacer algunas partes de nuevo, pintar y luego volver a montar en la sala donde se exhiben, dado que son más grandes que el tamaño de cualquier puerta o ventana. Como única herramienta de soporte se utilizó un gato de coche. El objetivo era devolverles el aspecto original y presentarlas al público en el mismo Museo Militar. Cabe destacar que, a pesar de los pocos medios con los que he podido contar, el personal del mismo Museo me ha sido de gran ayuda, el mérito no es personal. Poder contar con personas que conocen al detalle este tipo de armamento y tienen gran experiencia museística, ha sido de gran importancia.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades?
La mayor dificultad ha sido precisamente la de contar con pocos recursos y el montaje de las mismas en poco espacio. Antes de iniciar el trabajo se definió muy bien la planificación del mismo para reducir al máximo los inconvenientes. Hay que tener en cuenta que no hay libro de instrucciones para este tipo de piezas y que algunas partes, como se ha dicho, se han hecho nuevas.
¿Cuáles son estas piezas que se exhiben?
Un mortero valero del siglo XX, un montaje remolcado M-55 para ametralladora cuádruple de 12'7 milímetros, un cañón tubular y un Oelicón. La primera se encuentra en la sala General Brandaris y las otras tres piezas en la Sala Siglo XX del Museo Militar, una visita muy recomendable especialmente para todos aquellos que aún no lo conozcan.
Quiero añadir que, personalmente, agradezco la entrevista, pocas veces se realiza a trabajadores como yo.