Ferreries lleva años debatiendo si alguna zona del núcleo histórico del pueblo debe ser exclusivamente para los peatones. Ya en la época en que Biel Martí era alcalde, en la década de los 90, se hizo una prueba. Por las tardes, el tránsito se cerraba a la altura de la Plaça Jaume II y no se volvía a permitir la circulación de vehículos hasta la mañana del día siguiente. La experiencia finalmente se descartó, pero el debate ha seguido presente en el municipio, con épocas de mayor proyección pública que otras. Ahora, el tema vuelve con fuerza, tanto, que el Ayuntamiento está preparando una consulta popular.
En los próximos días, los vecinos delPla de l'Església, la calle Sant Bartomeu y la calle de Sa Font recibirán en su casa una carta en la que se les pedirá su opinión sobre una hipotética restricción del tránsito en estas zonas, de tal manera que solamente pudieran circular los vehículos de los residentes. El alcalde de Ferreries, Manuel Monerris, explica que los vecinos dispondrán de tres posibles respuestas:de acuerdo con la restricción del tránsito rodado, en contra de la restricción o a favor de realizar una prueba durante un tiempo limitado.
A partir de los resultados de esta consulta, Monerris tiene previsto convocar una reunión con todas las partes afectadas, y a partir del intercambio de opiniones, adoptar una decisión definitiva. A día de hoy, asegura, las opiniones están bastante divididas.
Si finalmente se confirmara la restricción, la Plaça Jaume IIse convertiría en vía tanto de entrada como de salida para los vehículos que accedieran al Pla de l'Església. El jefe de la Policía Local, Simón Bosch, explica que los coches deberían maniobrar dentro de la misma plaza para dar la vuelta. Según Bosch, la maniobra sería posible «y la plaza está preparada siempre que los coches circularan lentamente».