Familias mahonesas, vecinos de otras localidades, curiosos, algún que otro turista, en definitiva, una riada constante de personas se acercó ayer por la mañana al Ayuntamiento de Maó para descubrir o redescubrir sus entrañas, una jornada de puertas abiertas que se repite por tercer año coincidiendo con el Día de la Constitución.
Uno de los principales atractivos fue poder ascender a la parte más alta de las pendencias, donde se pudo disfrutar de unas excelentes vistas de la ciudad y conocer la parte no visible del clásico reloj. Para dar más lustre a la jornada, a la que no faltaron una buena parte de los concejales actuales de la Corporación, se montó una exposición de documentos y registros antiguos.
También se dio por inaugurada en la entrada del edificio una colección de cucharitas de las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia, presentes que con el paso del tiempo han menguado en tamaño y cambiado el color de las tiras que los adornan.