La tecnología del futuro será humanista. Tendrá en cuenta las emociones o, de lo contrario, no la comprará nadie. Así lo cree el gerente de Biloop, Luis Meca, quien está convencido de que la relación entre la máquina y el hombre cambiará radicalmente. «Entramos en la era emocional y en vez de dar órdenes a las máquinas vamos a conversar con ellas», señala. Tras el éxito de Cry Translator, el dispositivo que traduce el llanto de los bebés y revela sus emociones, el equipo de Biloop no se ha quedado de brazos cruzados.
La próxima revolución tecnológica irá acompañada de una fuerte dosis de salud. Y es que Biloop está trabajando en un detector de emociones en personas que padecen autismo o tienen alzheimer. Sin duda, las nuevas tecnologías van a traspasar fronteras con este nuevo artilugio. El proyecto está aún en proceso de investigación. No obstante, hay grandes pasos dados al respecto. Es más, Meca calcula que el detector de emociones para personas con trastornos neurológicos podría ser una realidad médica en un plazo aproximado de un año. «El Cry Translator acumula una historia de doce años, pero parece que en este caso, el avance será más rápido», resalta.
Esta apuesta por la mejora de la salud de las personas con autismo y alzheimer cuenta con el respaldo y la colaboración científica de la Universidad de Salamanca y de Extremadura y supondrá, según explica Luis Meca, un gran alivio para los familiares quienes, en muchos casos, desconocen las emociones y estados de ánimo de sus familiares.
El gerente de la empresa explica que a nivel científico ya existe un catálogo de emociones comprobadas con personas con trastornos. No obstante, este primer paso se ha desarrollado a través de sensores. El reto de Biloop es que «la detección se realice a través del reconocimiento de la voz o los sonidos y el sistema no sea para nada intrusivo», sino rápido y sencillo. A todo ello hay que sumar otro objetivo. Y es que, los resultados se obtendrán en un tiempo récord de tres segundos. Actualmente, son necesarias algunas horas para que la detección de emociones a través de sensores obtenga resultados correctos y fiables. Asimismo, Meca remarca que aquellas nuevas emociones que se detecten a través de su tecnología pasarán también a comprobaciones vía sensores para verificar los resultados.
El equipo científico dispone actualmente de un catálogo de emociones en las que se incluye la felicidad, la ira, el rechazo, el miedo y la alegría. No obstante, Meca está convencido de que este abanico de estados de ánimo podrá ser ampliado. «Ahora comienza la aventura», indica y señala que de momento «desconocemos hasta dónde nos dejarán avanzar las enfermedades»". Se refiere a que, en el caso del alzheimer, «es difícil saber aun hasta qué nivel de avance de la enfermedad se podrán precisar las emociones». Este producto de Biloop Passió se comercializará bajo el distintivo de Biloop Life.
Emociones en una llamada
Pero el avance científico y tecnológico no queda aquí. Y es que el detector de emociones humanas que ya está funcionando y que permite descifrar estados de ánimo como la satisfacción, el desinterés, el cansancio, el estrés y el malestar, ya se puede conectar al teléfono y vía skype para que la llamada entrante pueda ser analizada y descifrar, así, las emociones del interlocutor. Además, el dispositivo de sobremesa como tal desaparecerá puesto que pasará a funcionar desde un sistema de almacenamiento nube de datos.
Luis Meca estaba convencido de que llegaría un momento, no demasiado lejano, en que el mercado solo asimilaría productos que tuvieran en cuenta el bienestar de las personas. Y sin duda alguna, su propósito empieza a ver la luz.