Arquitectos, ingenieros, hoteleros, profesores, historiadores, farmacéuticos, cocineros, ecologistas, abogados, jubilados... Un grupo de unos 70 ciudadanos de muy diversa procedencia profesional e ideológica se reunió este lunes en Maó para hacer público un movimiento que se viene fraguando en las últimas semanas y que busca aunar la preocupación por el proyecto de mejora de la carretera general del Consell y realizar un último intento 'in extremis' de que el presidente Santiago Tadeo abra un diálogo en busca de un proyecto de consenso. El objetivo, evitar una intervención que, vaticinaron, «puede provocar una fractura social».
Los integrantes de este variopinto colectivo ciudadano suscribieron un manifiesto en el que «ruegan» a Tadeo que interceda «antes de que los hechos sean irreversibles». Lo hacen el día antes de que el Consell convoque la mesa de contratación, que determinará la empresa adjudicataria de unas obras que deberían arrancar antes de Semana Santa.
Esta nueva plataforma, bautizada como 'Ciudadanos por un diálogo sobre la carretera general', entiende que la construcción de rotondas de nivel inferior como solución para las intersecciones más conflictivas es «desproporcionada» a las necesidades de Menorca, además de tener un alto coste tanto económico, como lumínico y paisajístico.
Propuesta
Desde este ecléctico colectivo se quiso dejar muy claro que no se trata de una enmienda a la totalidad y que se aceptan buena parte de los elementos incluidos en el proyecto de mejora de la general. Dan por buena la ampliación de los arcenes, la acotación de los giros a la izquierda por su peligrosidad e incluso tres de las seis rotondas previstas por el Consell en el tramo entre Maó y Alaior, la de la cuarta fase del polígono de Maó, la del cruce del aeropuerto y la de la primera entrada a Alaior.
De ese modo, reducen los puntos de desacuerdo a tres, las tres rotondas a nivel inferior que están previstas en las confluencias de los caminos de Biniai, Alcaidús y la Argentina. En su lugar, el grupo propone diversas soluciones técnicas, todas extraídas del proyecto que resultó ganador, que «no incluye ninguna de las rotondas posteriormente añadidas por el Consell», y de los informes técnicos presentes en el expediente, la mayoría de la Comisión de Medi Ambient.
Así, proponen eliminar el enlace previsto en el camino de Biniai y sustituirlo por una serie de actuaciones que incluyen la construcción de un carril central de espera a la altura de Talatí, el punto donde hay más cambios de sentido. Su solución implica bajar la calzada para mitigar el efecto del cambio de rasante y avanzar la intersección hacia el Levante para hacer ganar visibilidad y seguridad a la zona.
En el lugar de la rotonda de nivel inferior de los caminos de Alcaidús y Rafal Rubí proponen soterrar el paso actual, desplazar las conexiones actuales hacia el levante mediante carriles auxiliares de un solo sentido, habilitar un carril central de espera y mitigar el cambio de rasante existente.
Por último, en el enlace de la Argentina optarían por incorporar un cambio de sentido y parada de autobús dentro de la urbanización y mitigar el cambio de rasante reduciendo la altura de la calzada. Propuestas técnicas que entienden factibles sin necesidad de echar atrás el proyecto.
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