Cuando se presentó el proyecto de puerto deportivo impulsado por un grupo de empresarios de Fornells, este periódico ya informó de que el otro proyecto que se plantea en la bahía seguía vivo. Y efectivamente, Dársena de Fornells ha presentado ya los detalles de su nuevo diseño, cuya principal novedad es su ubicación lejos de la costa.
Así, esta sociedad plantea la instalación de 310 amarres (27 menos que el proyecto que habían presentado en 2013) para barcos de entre 8 y 18 metros de eslora. Este nuevo puerto deportivo se ubicaría alejado de la costa, en una zona con suficiente profundidad para evitar así el dragado del fondo marino, algo que la Comisión Balear de Medio Ambiente había criticado del anterior proyecto.
De este modo, Dársena de Fornells proyecta un puerto tipo isla construido con elementos flotantes protegidos por un dique rompeolas que ejercería a la vez de conexión con el litoral. Desde la promotora aseguran que «lo que por deformación llamamos dique está constituido por una pantalla rompeolas formada por viguetas horizontales unidas por un bastidor, semisumergidas, que atenúan la energía de la ola pero dejando pasar el agua a través de ellas». En total, este dique en forma de «L» tendría una longitud total de 457 metros.
La empresa asegura que la explanada de servicios que complementaría el puerto deportivo se construirían «utilizando exclusivamente la superficie disponible en tierra firme, sin ganancia de terreno alguno al mar». Así, estas instalaciones se levantarían en el terreno ubicado entre la carretera y la línea de costa, incluyendo tanto la zona de dominio público marítimo terrestre como los terrenos de propiedad privada de la unidad de actuación FOR-6.