El fervor y la devoción se vivieron ayer en todas las parroquias menorquinas con motivo de la celebración del misterio de la Resurrección de Jesucristo. Cientos de fieles quisieron participar de la alegría de Jesús tras haber vencido a la muerte. La procesión del Encuentro se convirtió ayer en la escenificación popular de este extraordinario hecho para la cristiandad, el momento más importante del año para la Iglesia.
El cielo encapotado hizo temer lo peor entre los fieles que se congregaron frente a la iglesia de Santa Maria de Maó, no obstante, la procesión del Encuentro desafió al mal tiempo y pudo anunciar la Pascua.
Eran las once y media de la mañana cuando los tambores y el repique de campanas anunciaban el reencuentro de Jesucristo con la comunidad cristiana. La cofradía del Santo Sepulcro portó el paso de Cristo Resucitado que salió de la iglesia de las Concepcionistas hacia la calle Isabel II para realizar un pequeño recorrido por las calles más cercanas. La imagen estuvo en todo momento custodiada por la Confraternidad de San Cornelio Centurión y acompañada por las alegres notas de la Banda de Música de Maó y de las bandas de las cofradías, así como una representación de los cofrades.
Por su parte, el paso de la Virgen de la Esperanza salió a hombros de los cofrades de La Soledad desde la Iglesia de Santa Maria y en dirección al Carrer de l'Església acompañado por los sones de la banda inglesa Gwent Touring Band, dirigida por Lana Tingay.
El fervor y la devoción se hicieron aun más visibles cuando la imagen de Jesucristo Resucitado entró a la Plaça Constitució por el Carrer Nou y la Virgen hizo lo propio por la calle Isabel II. El reencuentro tuvo su punto álgido en el momento de las tres inclinaciones que, tal como señala el párroco Josep Manguan, simboliza el encuentro de Jesús con la Iglesia, con la comunidad cristiana. Fue entonces cuando las voces de la coral del Orfeón Mahonés entonaron el tradicional «Regina Coeli» y un repique de campanas anunció el júbilo de la Resurrección.
Las imágenes de la Virgen de la Esperanza y de Jesús Resucitado presidieron la celebración eucarística en la iglesia de Santa Maria custodiadas por los centuriones durante toda la eucaristía. El acto litúrgico fue presidido por el obispo Salvador Giménez y concelebrado por los párrocos Josep Manguan y Joan Miquel Sastre.
Durante la homilía, monseñor Giménez recordó que «en la Resurrección está fundada nuestra fe y de ahí, nuestra caridad con los demás». Animó a los fieles a «explicar nuestra admiración a la fe y el sentido de este gran día para la Iglesia». A su vez, exhortó sobre la importancia de convertir el mensaje de la Virgen en un acto propio, un reencuentro de cada cristiano con Jesús. Además, animó a «actualizar este encuentro y manifestar la alegría de ser cristianos, la alegría que se viven con la Pascua».
Cabe señalar que la colecta del Día de Pascua se destinó a Caritas para la compra de alimentos que posteriormente se repartirán entre los más necesitados de la ciudad.
El coro del Orfeón Mahonés puso el punto y final a la Eucaristía con el canto popular del «Deixem lo Dol».
Júbilo en toda la Isla
Este júbilo del Domingo de Resurrección se vivió en el resto de municipios de la Isla. Las procesiones del Encuentro y los cantos del «Deixem lo Dol» llenaron de fervor y devoción cada uno de los rincones de la Isla. En Es Castell, la procesión del encuentro estuvo acompañada con una liberación de globos por parte de pequeños fieles. El coro del «Deixem lo Dol», dirigido por Tóbal Torrent, actuó en distintos puntos del pueblo.
En Alaior, la jornada del Domingo de Resurrección también se vivió con entusiasmo. La eucaristía, presidida por Pere Oleo, contó con la actuación de la Coral Canticus del Centro Cultural de Alaior que dirige Luba Klevtsova.
En Es Migjorn y Es Mercadal también vivieron el fervor de la Pascua con las procesiones del Encuentro.
En lo que respecta a Sant Lluís, se suspendió la procesión debido a las obras de rehabilitación de Es Cós, aunque el coro dirigido por Marlén Coll recorrió las calles del núcleo para esparcir la alegría de la jornada.
Y en Sant Climent, el coro del «Deixem lo Dol» que dirige Mari Quintana ofreció un intenso repertorio musical, entre ellas, recuperaron «Mi Barquilla», con arreglos a cinco voces de Llorenç Hernández.