La venta de casas de lujo no entiende de crisis. Mientras el mercado de viviendas convencionales sigue desplomándose -en el último año ha caído un 19 por ciento y solo se cerraron 786 transacciones-, el de las residencias de alto standing sigue un ascenso que, por el momento, se vislumbra imparable. Así lo atestiguan las inmobiliarias enfocadas a los clientes de un muy elevado poder adquisitivo, que en el último año han registrado un incremento medio de las operaciones y la facturación que gira en torno al 30 por ciento.
Un ejemplo de ese repunte lo ofrece la inmobiliaria Pons Morales. Hace cuatro años optó por limitarse a las ventas y alquileres de alto standing y Mónica Pons concluye que «el resultado ha sido óptimo». Explica que en lo que va de 2014 ya han cerrado diez operaciones de venta y que los volúmenes de facturación «se han incrementado un 40 por ciento respecto al año pasado». Las ventas, que se mueven entre los tres y los seis millones de euros, se centran especialmente en fincas rústicas muy exclusivas con acceso al mar y en muchos casos pendientes de rehabilitar.