La decisión del diputado socialista menorquín Guillem García Gasulla de ausentarse de la votación de la Ley Orgánica de Abdicación de Su Majestad el Rey don Juan Carlos ha generado un considerable malestar entre buena parte de sus compañeros de la Isla. Cuando se pronunció hasta dos veces su nombre en la Cámara Baja sin que se obtuviera respuesta, la sorpresa entre quienes lo seguían en directo por la televisión fue mayúscula.
La decisión de García Gasulla, adoptada a título exclusivamente personal previo debate hasta última hora en persona y por teléfono móvil con los dirigentes tanto de Menorca como de Madrid, es interpretada incluso por algunos socialistas como una falta de responsabilidad y un flaco favor a los intereses y la imagen del PSOE de Menorca, que como el resto del partido se encuentra inmerso en un proceso de redefinición tras los malos resultados electorales.
García Gasulla no quiso ayer realizar declaraciones. Pero lo que le motivó a abandonar el hemiciclo en el momento de la votación parece claro. Su cuerpo le pedía oponerse a la Ley para manifestar su rechazo a la continuidad de la Monarquía sin más debate, pero al mismo tiempo le incomodaba romper la disciplina de voto del Grupo Socialista.
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Cuanto se habrá reído estos días nuestro amigo Guillermo...