La última oficina que Catalunya Caixa mantenía en Maó cerró ayer definitivamente a las doce horas, dejando sin punto físico de atención a sus clientes menorquines, que han sido informados personalmente tanto del cierre, como de las alternativas con que cuentan para relacionarse con su banco, fundamentalmente la vía telefónica e internet, puesto que la entidad no contará con ningún cajero en Menorca.
La consecuencia laboral del cierre es el despido de los cuatro empleados de la oficina mahonesa, incluido el director de la misma, que se suman a los centenares de trabajadores que perderán su empleo después de que bajen la persiana 46 oficinas fuera de Cataluña. En Balears, tan solo quedará activa una sucursal en Palma, por lo que Eivissa queda en la misma situación que Menorca.
Desde Catalunya Caixa reclinaron ayer realizar ninguna concreción sobre la situación en la que quedan sus clientes menorquines, ni sobre si la desaparición de la atención física en la Isla les ha hecho perder una clientela con los que aseguraron estar directamente en contacto.
Fuentes de la entidad, no obstante, defienden que la medida ha sido impuesta desde Bruselas a cambio de su nacionalización.