Eduard Vallory, miembro del Consejo Asesor de la Farragut Fund for the Catalan Culture In the U.S., ha salido al paso de las críticas realizadas durante las ultimas semanas por la entidad Foment Cultural, que ha pedido que se respete la menorquinidad de Farragut. Incluso ha reclamado una acción institucional para la modificación del nombre de la fundación de reciente creación. Según Vallory, que se encuentra en Menorca estos días para participar en un foro sobre educación, la reacción de Foment obedece a su juicio «a una confusión».
El politólogo y periodista explica que «ellos piensan que la fundación tiene como objetivo hablar solo de la creación cultural que se hace en Catalunya, cuando en realidad la idea es promover la cultura que está vinculada a la lengua catalana». En ese sentido, recalca que la directora de la fundación, Mary Ann Newman, «no ve ninguna diferencia entre Menorca y Alicante».
Vallory considera que quizás no se ha sabido entender que se trata de una fundación norteamericana, sin relación alguna con el gobierno catalán, pero en la que en cambio sí hay un consejo asesor formada por personas de habla catalana o relacionadas con su cultura, como Antoni Pizà, de Felanitx, director de la Foundation for Iberian Music de la City University of New York; Lluís Serra, presidente de la Fundació per a la Dieta Mediterrània o Guillem López Casasnovas, menorquín y catedrático de Economía, entre muchos otros.
Por otra parte, Vallory, quien trabaja desde 2013 en del departamento de Sociología de la New York University, recuerda que el nombre de la fundación toma como referencia a Jordi Farragut Mesquida, «marinero nacido en Menorca bajo la dominación inglesa, que se formó en la Escuela de Náutica de Barcelona». En ese sentido añade que Newman siempre hace hincapié en que «se trata de una persona que proviene de tierras de habla catalana, tanto por nacimiento como formación», un dato que según Vallory «se malinterpretó» cuando el medio Vilaweb se hizo eco del proyecto en una entrevista con la directora.