Susana Mora Humbert está dando sus primeros pasos como candidata pocas semanas después del cierre del proceso de primarias socialista. Lo hace con ilusión, humildad y la prudencia propia del que empieza. Su misión no es nada sencilla: recuperar para el PSOE el despacho de la presidencia del Consell.
¿Primeras sensaciones?
— En clave interna, todos los compañeros se ponen totalmente a mi disposición. Y en clave externa, percibo una gran expectiva y esperanza puesta en esta regeneración socialista que encarno.
¿Se trabaja ya en la lista?
— Se trabaja en la lista, y en consensuar un programa con la ciudadanía y en darme a conocer.
¿Cómo será la lista, totalmente renovada o con veteranos?
— La conformarán los mejores candidatos, veteranos o nuevos.
Pongamos que llega a presidir el Consell con pacto o mayoría absoluta. ¿Lo primero es...?
— Redistribuir los recursos disponibles e intentar conseguir nuevos para paliar la situación de pobreza de la ciudadanía menorquina. Intentaré luchar para frenar las rotondas de la carretera general y, mi premisa básica, recuperar el Consell de Menorca como gobierno de la Isla.
Nuevos recursos. ¿Ve margen para reivindicar más?
— Sin duda. Todo está por hacer en este campo, en los últimos años solo hemos agachado la cabeza ante imposiciones de Palma, lo que implica menos inversiones desde otras administraciones. Todo se lo quedan en Palma.
¿Redistribuir los recursos hacia dónde? ¿Servicios sociales?
— La política es una cuestión de voluntades, y la socialista es siempre de servicio social. Con los recursos limitados, hay que priorizar las necesidades de las personas en cada momento.
Rotondas. ¿Hay margen para hacer algo en junio?
— Tema complicado. Intentaremos lo que esté en nuestra mano, como intentar reprogramar el calendario y en función de esto introducir los cambios posibles para reducir el impacto.
Cesgarden. ¿Tema cerrado y se asume el pago anual o se intentará darle otra vuelta?
— El PSOE intentará minimizar la repercusión de esta desafortunada sentencia. Y si se tiene que afrontar el pago, hay que llamar a la puerta de otras administraciones para que nos ayuden o se hagan cargo en la medida de lo posible, en concepto de inversión por Menorca. No he oído hablar de esto al PP, y hay precedentes en Mallorca, en Ses Covetes. Lo pagó todo el Govern.
El Consell actual estudia ir judicialmente a por los responsables. Todos sabemos a quién se refieren. Si accede al gobierno del Consell y se encuentra con un proceso judicial contra ex dirigentes socialistas, ¿será algo incómodo para usted?
— No lo veo incómodo. El PSOE debe gobernar ante todo por el interés de la ciudadanía. Hay que analizar las vías posibles de forma profunda, siempre para minimizar el impacto de la sentencia.
¿Cree que exrepresentantes del PSOE deben asumir responsabilidades por este caso?
— Es de difícil respuesta. Pedir responsabilidades políticas por un tema de carácter más judicial y jurídico que político no es lo más adecuado. Pero habrá que estudiarlo.
El PSOE, de gobernar, se encontraría en marcha la revisión del PTI. ¿Renovación a fondo o maquillaje del actual?
— El modelo territorial del PSOE siempre ha sido fruto del consenso, lo que se tradujo en el PTI. Nos tenemos que quitar la etiqueta injustificada de que somos el partido del 'no' a todo. En ningún caso. Toda medida se tiene que ajustar al modelo territorial que decidió adoptar la Isla, que ha funcionado porque es el modelo que ahora se promociona turísticamente.
La NTT es más bien del 'sí' a determinadas actuaciones. Pero, ¿le dará margen para una interpretación más restrictiva en el día a día si llega a gobernar?
— Debemos conseguir que Menorca decida con el PTI lo que quiere. Con la NTT que impone el PP, porque no obedece a ningún consenso, lo que se hace es abrirse a la aplicación supletoria de normas sectoriales de carácter balear. No resuelve nada y deja que Palma decida por nosotros. Esto se debe evitar.
Economía. ¿Turismo como eje principal, diversificamos, hasta donde llega al Consell?
— El Consell tiene una capacidad competencial limitada, pero esto no implica que la voluntad política no lo pueda suplir. El modelo económico socialista aboga por el turismo, sin dejar de lado la reindustrialización y la regeneración de sectores como el campo. No nos lo podemos jugar todo a una carta.
Cultura. ¿Se ha quedado en segundo plano con la crisis, hay que hacer un cambio?
— Ha quedado relegada, y es un motor de ánimo de una sociedad que lo pasa mal. Se tiene que reflotar, con ayudas que se han recortado. Y en educación hay que recuperar el diálogo.
La caja. Va a escuchar que si vuelve el PSOE a gobernar volverá el despilfarro y la ruina. ¿Qué responde?
— No quiero entrar en herencias, porque no hay peor que la que dejó Matas...
Pero la cosa saldrá en campaña...
— Por descontado. El despilfarro no es cierto. ¿De dónde vienen las inversiones en carreteras y fibra óptica? Los fondos los consiguió el PSOE. Uno de los grandes errores del PP es gestionar la administración como una empresa que debe dar beneficios. La administración debe servir a la ciudadanía y para esto hay que endeudarse, que no significa sobredimensionar la deuda, que es lo que nos imputan. El beneficio debe ser social.
En la campaña Susana Mora conducirá un coche con un retrovisor en la derecha, para mirar al PP, y otro a la izquierda, para mirar a los que se acaben presentando. ¿Cuál mirará más? ¿O conducirá solo mirando hacia adelante?
—Miraremos adelante. No entraremos en luchas con otras fuerzas, nuestra prioridad es elaborar el mejor programa posible.
¿Pendientes de los pactos y candidaturas por la izquierda?
— No es una prioridad.
Encuestas. El PSOE lo salva en Maó y Ciutadella, pero pincha en el Consell. ¿Se han hecho las cosas especialmente mal en el Consell?
— Yo valoro el 20 por ciento de conocimiento que tengo a pesar de acabar de empezar. Las encuestas tienen su justa importancia y hay muchos indecisos. No es adecuado extrapolarlo a la realidad.
¿El PSOE sale bien del proceso de renovación y primarias?
— Deseo y espero que sí. Es la sensación que tengo. Todos mis compañeros se han puesto a mi disposición, sin etiquetas.
Para quitarse la etiqueta, lo que tienen que hacer es pensar más en el pueblo y menos en el partido. No se puede decir una cosa cuando se gobierna y la contraria cuando se está en la oposición.