Menorca tiene el índice de envejecimiento de la población más alto de Balears, y esto repercute en el mercado laboral. El Observatori Sociambiental de Menorca, (Obsam), a partir de datos del Institut Balear d'Estadística (IBE), ha puesto cifras a esta cuestión, según las cuales por primera vez, la población que está en edad de salir del mercado de trabajo supera a la que puede acceder a él.
Esto sucedió por segunda vez en 2013, según los últimos datos disponibles. En ese año, de cada 100 personas en edad para incorporarse a puestos de trabajo, 104 estaban cerca de la jubilación, con lo que desciende el recambio de la población activa.
Esto es lo que se denomina técnicamente como índice de reemplazo de la población activa, es decir, cuantifica la relación entre la población que es a punto de jubilarse, con una edad de entre 60 y 64 años, y la que está entrando, de entre 20 y 24. Si este índice es superior a 100, como sucedió por primera vez en 2012, significa que hay más gente que sale del mercado de trabajo que la que accede a él.
Esta situación se complica aún más en escenarios de altos índices de paro como los actuales, como remarca el Obsam, dado que se agrava más, ya que la población en edad de trabajar está más envejecida. Pues bien, la situación, además, se ha recrudecido con la crisis. Un repaso a la evolución histórica de este índice permite observar como en Menorca, desde el año 2003 aumenta, aunque ya de forma más considerable desde 2007.
Ese año el índice de reemplazo fue de 74,39, es decir, que de cada 10 personas próximas con edad para entrar en el mercado de trabajo, salieron 7. Desde entonces, esta cantidad ha ido en aumento continuo hasta sobrepasar el límite de 100 por primera vez en 2012, y seguir así en 2013. Menorca es además la isla con el índice más alto de Balears, y supera a Formentera (95), Mallorca (94) y Eivissa (90).
Por municipios, Es Mercadal es el que tiene un índice superior (153), seguido de Es Migjorn (117) y Alaior (106). Por contra, Ferreries es el que mejor está, con una tasa de 86.
Todo ello es debido a un envejecimiento progresivo de la población menorquina. En 2013, de cada 100 jóvenes menores de 16 años, había 92 con más de 64. El grupo de población de más de 65 años ha crecido un 32 por ciento en los últimos siete años, lo que viene a representar un aumento cuatro veces superior al registrado por el global de habitantes de la Isla.