Por el momento económico, por las dificultades para salir de vacaciones, por la menor actividad empresarial, por la reducción de la población censada. Por el motivo que sea, la realidad es que cada vez hay menos ciudadanos residentes de la Isla que vuelan en las principales rutas regulares nacionales que tiene el Aeropuerto de Menorca.
El año pasado volaron con Barcelona, Madrid, Valencia o Palma 373.728 censados en Menorca, lo que supone un descenso del 3,8 por ciento respecto a 2013 y una bajada, nada despreciable, del 19 por ciento respecto a los 460.061 empadronados en algún municipio de la Isla que utilizaron estas rutas en 2011. Unos 86.000 pasajeros con descuento de residente del 50 por ciento menos en solo tres ejercicios. Esto sucede en un periodo en el que el Aeropuerto de Menorca ha aumentado de pasajeros (de 2,5 a 2,6 millones de usuarios) gracias a los vuelos con el extranjero, puesto que los vuelos regulares nacionales han sufrido un retroceso de unos 100.000 usuarios (de 1,3 a 1,2 millones de billetes vendidos).
Estos datos se extraen de la extensa batería de preguntas que la senadora por Menorca Juana Francis Pons Vila (PP) ha solicitado al Gobierno central sobre transporte aéreo. Su intención es conocer con la máxima precisión posible la situación de las conexiones aéreas con la Isla y Balears, en un momento en el que vuelve a estar sobre la mesa, sobre todo a raíz de la campaña electoral, la posibilidad de establecer tarifas planas en distintas rutas, especialmente entre Mallorca y Menorca.