Un lugar rural de ensueño. Salvaje. Más o menos al margen de la civilización. Donde todavía se pueden encontrar calas casi vacías en pleno verano. Destino de los que prefieren una barbacoa en la playa a una noche en discotecas. Pero también un lugar que está siendo descubierto por jóvenes parejas europeas que se sienten atraídas por sus espacios abiertos y su ambiente relajado que invita al descubrimiento interior.
Son algunas de las frases con las que el periodista Alexander Lobrano describió este miercoles Menorca en un reportaje publicado en el afamado periódico estadounidense The New York Times. Bajo el elocuente título 'Menorca, el Antídoto de Eivissa', el rotativo contrapone la tranquilidad menorquina al bullicio de la pitusa mayor y Mallorca.
A través de diversos establecimientos hoteleros, de restauración y ocio de la Isla realiza un recorrido que arranca con el relato de un camarero: «La llamamos el regalo de Franco», en alusión a «la privación de fondos para construir en Menorca durante la dictadura en castigo por el apoyo insular al republicanismo».
Soc menorqui de naixament i si que aquesta illa es maravellosa, pero de care al turisme no es tant com es diu. Apart de unes platjas verges, que mes tenen els visitants?? Quan els turistes, per exemple van a fer una volta per Mao, comparat amb altres llocs fa vergonya la varietat de tendas i demes que hi ha.... No hens hauriam de tirar tantes flors, com dic, apart de 4 platjetas i unes pedras no hi ha res mes per el turisme