Mateu Jofre, 49 años de edad y diez de ellos como conductor del camión de recogida de basura en el centro de Ciutadella, no daba crédito el lunes a lo que encontró dentro de una bolsa arrojada al contenedor de la plaza de la Concòrdia: lo que parecía un lote de los que las entidades benéficas y los Servicios Sociales dan a personas sin recursos, prácticamente intacto.
Horas después, al terminar el servicio, fue a enseñarlo en las dependencias de Caritas. «He colaborado muchos años con Cruz Roja y es una lástima que, habiendo tanta gente necesitada, haya alguien que pueda tirar la comida a la basura», se indignó, pero todavía desconoce quién puede haber actuado así.
No obstante, asegura, esta no es la primera vez que vive una situación similar. Estos últimos meses se ha encontrado comida sin abrir y en buen estado en los alrededores de las calles Bisbe Sever y Santa Clara, «e incluso el viernes encontré una caja entera de bricks de leche, que me llevé para casa». Estos episodios, asegura, se producen en mayor medida este año que en los precedentes cuando, acuciados por la crisis, «nadie tiraba nada».
Advertido de la situación, el secretario general de Caritas, Guillem Ferrer, dijo ayer no tener constancia de que uno de estos lotes pueda corresponder a cualquiera de los usuarios de las ayudas de alimentos que la entidad reparte a través de las parroquias. «Sí que en el pasado se han producido casos así, pero últimamente no me han advertido de ello», dice Ferrer, quien este verano ha notado como, con la recuperación de la actividad económica y turística, se «frenaba» la demanda de personas sin recursos. Pero, de forma cíclica, ya intuye que volverá a repuntar coincidiendo con la Navidad y los primeros meses del nuevo año, antes de la temporada.
«Es lo habitual», apunta el presidente de la asamblea local de Cruz Roja, Sebastià Taltavull, quien dice haber detectado un «pequeño descenso de la demanda, que en todo caso volverá a aumentar en enero y febrero, cuando los usuarios ya hayan agotado el dinero que ganaron a lo largo del verano».
Otro tema tambien es el desperdicio de comida ya elaborada de parte de los restaurantes y lugares donde venden comida preparada, por ejemplo en nuestra ciudad, es increible como se tira la comida, el pan, durante las Fiestas del Pilar, ademas si pides para llevar normalmente no te hacen caso, estan mucho mas acostumbrados a tirar lo que sobra. La gente normalmente solo consume los panes del dia, pero hay gente que tiene dias en que no se pueden comprar un pan de barra, Creo que tirar comida, ya sea recibida como ayuda de parte de una entidad social o por "vencimiento" o por que no lucen tan frescas en caso de verduras y frutas, o el excedente de la comida preparada, es completamente indigante, cuando sabemos que hay gente que solo puede comer pasta, pan o arroz todos los dias y otras que ni siquiera eso tienen en algunos dias. Es urgente tomar ejemplo de Francia, penalizar el desperdicio de todo alimento que un se pueda utilizar y concientizar a toda la poblacion.