Los ayuntamientos no son los únicos que, indirectamente, están frenando la inversión en Menorca. También el Consell insular puede dificultarla si acaba derogando la Norma Territorial Transitoria (NTT) y vuelve a dar plena vigencia al PTI hasta su revisión, que se espera aprobar a principios de 2019. Es la lectura que hace el presidente del colegio de arquitectos, Miquel Sintes, quien avisa que, pese al reciente decreto del Govern que anula las leyes turística, agraria y del suelo, la Norma sigue teniendo validez y resulta preferible «al PTI antiguo, con el que no avanzaremos. Volver a sufrir sus restriciones supondría un paso atrás para la Isla».
Sintes sustenta su postura en que el nuevo decreto ley autonómico «no afecta tanto como parecía a la Norma», a la que solo invalida por lo que respecta a la eliminación de los proyectos de grandes equipamientos deportivos y recreativos en rústico o la conversión de instalaciones militares en hoteles. «Pero tiene algunas pequeñas cosas que sí contribuyen a dar vida a la economía y al sector», apunta.
El presidente de los arquitectos menorquines cree «llegado el momento de recuperar el suelo rústico» para que siga siendo «el motor», sobre todo ahora que entre los promotores «se va creando cierta conciencia a nivel energético y medioambiental». Eso hace que se planteen propuestas más respetuosas que no atentan contra el principal valor que tiene la Isla, el paisaje. «El campo -dice- es la imagen que mejor define a Menorca».