El Govern limitará el crecimiento de la oferta de turismo residencial con el fin de evitar la saturación de servicios y un daño a la imagen como destino. Así lo anunció el vicepresidente del Ejecutivo autonómico, Biel Barceló, en el marco de la feria Fitur, al reconocer que se tiene que poner un techo de crecimiento a la oferta residencial, como ya lo tiene la turística reglada.
La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) entregó un documento al Govern solicitando este regulación, una reivindicación que comparte punto por punto la patronal hotelera de Menorca al asegurar que «la sensación de saturación que vivió la Isla el verano pasado no se produjo por la oferta reglada -que no crece en número de plazas desde 2003- sino por la ilegal, que ya representa entre el 40 y el 50 por ciento del total de plazas que se llegan a ofertar en pleno verano. La patronal indica que se trata de una situación que se ha trasladado al Consell y, en concreto, al responsable de Ordenación Territorial, Santiago Florit, en múltiples ocasiones con el fin de que actúe sobre esta oferta.
La FEHM considera que lo residencial no puede seguir creciendo ya que con ello se destruye el actual modelo turístico. Es, a su parecer, el alojamiento que provoca la saturación de todos los servicios porque no está controlado. Y pide a los municipios que analicen la oferta de alojamiento tanto legal como ilegal porque «hay que poner techo». La oferta hotelera registra una ocupación que supera el 90 por ciento en plena temporada, por lo que no es la que provoca esta circunstancia.
El conseller balear de Turismo entiende la preocupación de las patronales «porque es la misma que tiene el Govern» y agrega que «sabemos que hay que poner un techo al turismo residencial y lo haremos cuando reformemos la Ley del Turismo, es un reto que tenemos todas las administraciones para poner orden y mayor control para evitar la saturación».
Ashome aplaude la declaración del conseller pero le pide «que se ponga las pilas». Advierte de que el Govern ya dispone de la herramienta turística para hacerlo y desmiente que sea necesario reformar la Ley del Turismo. «La actual norma le permite actuar contra la oferta ilegal», concluye.