Las empresas de la Isla dedicadas a la fabricación de la abarca siguen cosechando éxitos, con una producción que aumenta más de un 20 por ciento cada año. Uno de cada tres pares de zapatos que se fabrican en la Isla ya son de abarcas. Mientras el resto de líneas de producción se mantienen estables, e incluso marcan un ligero descenso, el de las abarcas apunta alto.
El portavoz de los fabricantes de este tipo de calzado, Carlos Truyol, achaca esta dinámica a una serie de países que se resistían a introducir la abarca en su mercado y «ahora empezamos a recoger el fruto de lo que hemos sembrado», apunta. Agrega que en 2014 se lograron clientes en Asia, en especial en Corea del Sur, cuando el año pasado el logro fue europeo con la consolidación de mercados en Inglaterra, Alemania e Italia. No es el único motivo, ya que Truyol apunta que el sector se ha diversificado. Al «habernos adaptado a la demanda y ampliado las cuotas de mercado, llegamos a los niños, hombres y mujeres».
La crisis también ha tenido su efecto particular para este sector. Y es que, tal como resalta el portavoz, el cliente que busca un calzado de calidad pero dispone ahora de un presupuesto más reducido, ha optado por este calzado que cuesta menos pero mantiene una línea atractiva y de calidad. También apunta a empresas que han redirigido su plan de negocio hacia este sector de la abarca.
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