En el pleno del lunes, la vicepresidenta económica del Consell, Susana Mora, aseguró que las grandes superficies comerciales no generan empleo neto, sino que las personas que contratan son menos que los puestos de trabajo que destruyen a su alrededor, en pequeños establecimientos. El argumento no es nuevo, sino más bien habitual entre quienes son reticentes a la implantación de magnos supermercados o tiendas especializadas.
El Consell carece de estudio alguno al respecto, previo a la norma cautelar recién aprobada. Los expertos consultados coinciden en que es complicado calcular las consecuencias en cuanto a empleo de este tipo de empresas en un territorio como la Isla. Los fríos números, no obstante, indican que los efectos de los supermercados de cadenas nacionales y locales en polígonos han sido escasos, anecdóticos, en la Isla en cuanto al número de trabajadores del sector. Ni suben ni bajan.
En diciembre de 2015 había en la Isla 3.149 personas dedicadas al comercio al detalle (excluye vehículos de motor e intermediarios), de las cuales 1.208 eran autónomos y 1.941 asalariados. Estas cantidades son muy parejas a las de diciembre de 2011, con 1.242 autónomos y 1.889 asalariados. Esto a pesar de que en este espacio de tiempo se han abierto en la Isla dos establecimientos de la cadena nacional Mercadona y el centre comercial Binipreu, del polígono industrial de Maó, entre otros 'súper' de menor tamaño.
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