Son las 10.30 de la mañana de un sábado más otoñal que primaveral por las nubes que presiden el cielo. Apenas cuatro personas, las dos doctoras, Remedios Díaz y Lourdes Rodríguez de Zuloaga, y dos acompañantes de la plataforma Benvinguts Refugiats a Menorca, ocupan el exterior del pequeño campamento instalado en la Plaza de la Biosfera como gesto activo para concienciar a todos respecto al drama humanitario que padecen los miles y miles de refugiados sirios.
Pese a las convocatorias en las redes sociales para que se sumaran más personas con tiendas de campaña, quizás la abundancia de actos en la matinal sabatina ha incidido en que sean solo las que están. Un hombre aparece de repente frente a ellas: «vivo aquí al lado y quiero daros todo mi apoyo y ofreceros ayuda, ¿necesitáis que os traiga algo?». Por la tarde, miembros de la colla de geganters de Es Castell acuden a animar el escenario y este domingo, quienes visiten aquel lugar, encenderán velas a las 22 horas para clausurar esta perfomance de solidaridad como harán en otras muchas ciudades de España y Europa.
Remedios dará por concluido así el ayuno voluntario al que se ha sometido durante cuatro días como gesto práctico de apoyo al drama que viven los miles de refugiados sirios que buscan un destino desde los campos existentes en Grecia huyendo de la guerra.
La doctora, acampada desde entonces en la Plaza de la Biosfera, de Maó, revela su extraordinaria sensibilidad respecto a la tragedia que pudo contemplar días atrás junto a su compañera, Lourdes, en el campo de Idomeni, junto a la frontera de Macedonia. Una vez en casa ideó esta iniciativa para contribuir al debate, al despertar de las conciencias «y para que yo siga pensando en lo que está pasando allí que es una de las crisis humanitarias más graves de la historia, con una degradación absoluta de los derechos humanos». Añade que «Europa está perdiendo la dignidad y con ellos la perdemos todos nosotros».
Han desfilado por el improvisado campamento de la Biosfera representantes de todas las instituciones políticas, «la presidenta del Consell, la alcaldesa, gente del Govern... y nos han trasladado su apoyo», explica Remedios, sin inferir alimentos desde el miércoles.
El problema es una cuestión exclusiva de «voluntad política», asegura, «porque a nivel local hay decisión y disponibilidad para acoger refugiados pero todo lo bloquean el estado y la comunidad europea que no nos representan, por eso queremos buscar alternativas para bordear la ley, aunque si hubiera voluntad también ésta se podría modificar para acelerar el proceso de acogida. Nos resistimos a pensar que no se puede hacer nada, seguir con nuestra vida normal y mirar hacia otro lado». Y se pregunta por qué, si todos están de acuerdo, han llegado tan pocos refugiados a España de los 17.000 que les correspondían, «es una tomadura de pelo».