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Laura Marte, diabética: «Ahora me controlo más veces y sin pinchazos»

Satisfecha. Laura muestra el sensor del brazo y sostiene el lector, como un pequeño móvil, en su mano. La tecnología que ha hecho más fácil su vida | Josep Bagur Gomila

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A Laura Marte le diagnosticaron diabetes mellitus tipo I cuando tenía 8 años y ya ha cumplido 40. Ha convivido durante mucho tiempo con la enfermedad, aunque «nunca te acostumbras del todo», asegura esta artista visual que reside en Ciutadella. Ahora lleva en su cuerpo un sensor que le permite, aproximándole un lector del tamaño de un teléfono móvil, conocer los niveles exactos de glucosa en su cuerpo. Sin pinchazos.

Dicho sensor es el sistema de monitorización llamado FreeStyle Libre, que ha supuesto un cambio importante en la vida de Laura. «Los no diabéticos es como si llevaran el medidor de glucosa de serie, y los diabéticos usamos el FreeStyle», explica.

¿Cómo mejora esta tecnología su rutina diaria?
— Cuando no tenía el FreeStyle me controlaba el nivel de glucosa entre 2 y 6 veces al día, siempre con un pinchazo en la yema del dedo y con el kit de tiras reactivas que te proporciona la Seguridad Social. Ahora con este aparato me puedo controlar entre 15 y 20 veces al día, sin pincharme, sin el engorro de tener que preparar todo, en cualquier sitio, con comodidad y una información mucho más completa, incluso con gráficos de niveles máximos y mínimos. Además, el sensor mide la glucemia cada minuto, automáticamente.

Vive con esta dolencia desde niña ¿los controles han cambiado mucho?
— Con 8 años cuando empecé los controles éstos eran algo prehistórico, un aparato enorme con un medidor ocular. La tecnología ayuda muchísimo, ahora hay insulinas genéticas humanas mucho mejores, incluso sensores conectados a bombas de insulina que te la suministran cuando la necesitas, funcionan como si fuera un pancreas.

¿Cómo conoció FreeStyle??
— Me recomendó usarlo mi doctora del hospital de Son Espases, me lo pusieron y me explicaron cómo funcionaba. Creo que es recomendable que los diabéticos lo conozcan y lo pidan a sus médicos.

¿Está financiado por la sanidad pública?
— No, y es un problema, porque cuesta 60 euros y dura dos semanas. Es un gasto de 120 euros al mes que no está al alcance de todo el mundo. No lo venden en farmacias, hay que pedirlo al laboratorio, que no hace promociones y te cobra los portes. Creo que debería entrar por la Seguridad Social, sobre todo para los colectivos con más riesgo, los niños y adolescentes, las mujeres embarazadas o los diabéticos con enfermedades añadidas.

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