Cielos nublados y viento en la semana de máxima ocupación turística de la isla -y por ende, de tráfico denso en toda la red viaria-, es sinónimo del tradicional atasco veraniego. Solo que ayer la situación fue un poco más desesperante para algunos conductores atrapados en retenciones, en algunos casos kilométricas, como la registrada en la carretera general entre Es Mercadal y el túnel de Ferreries. Con la meteorología insegura, la congestión del tránsito fue la tónica general de la jornada.
La mayoría de visitantes puso rumbo hacia los pueblos y la circulación lenta fue una constante a lo largo de la Me-1 y los accesos a Maó y Ciutadella, así como en otros municipios como en Sant Lluís, con retenciones entre la avenida de Sa Pau y el cruce con el Camí de Torret. También las salidas en hora punta de los polígonos industriales, donde se encuentran también las grandes superficies -otra opción apetecible cuando el tiempo no permite disfrutar de la playa-, notaron una mayor afluencia de coches. Las quejas de algunos colectivos profesionales no tardaron en llegar a las redes sociales. Un taxista de Maó denunciaba en Twitter que había tardado una hora y 34 minutos para recorrer 25 kilómetros. El Pla Verd, la cuesta del desmonte de Ferreries y la entrada de Es Mercadal fueron algunos de los puntos más conflictivos de un día largo al volante.