«Me han llegado a decir que ojalá me quedase paralítico», afirma Enrique Pons, coordinador de los informadores al acceso de las playas del sur de Ciutadella. Los nueve trabajadores, que pertenecen a la Fundación de Discapacitats de Menorca, reciben quejas e insultos a diario de los conductores cuando les comunican que los aparcamientos están llenos y no podrán pasar.
La jornada de este domingo, de las más tranquilas en el camino a Son Saura y Macarella al ser domingo, empezaba con una Cala en Turqueta cerrada desde las nueve de la mañana, como todo el verano, y caras de enfado y decepción en el interior de los vehículos. «¡¿Y adónde vamos entonces?!» exclama indignada una turista a Mercedes de Olivar, cuando le anuncia que no puede pasar a la ahora exclusiva cala. Con capacidad reducida a unos 120 vehículos desde el año pasado, el «lleno» en el panel de Cala en Turqueta, aumenta el deseo de acceder a la playa de Ciutadella más recomendada en las guías turísticas. Mercedes, que trabajaba ya como informadora cuando Tragsa era la concesionaria del servicio, está habituada a «la gente incívica» que, señala, se salta la barrera que colocan en la vía cuando el acceso está cerrado y, al no poder aparcar, o bien dan marcha atrás o bien se encaran con el informador que, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, ayuda a aparcar para que quepan el máximo de coches en el aparcamiento. No se puede cerrar el camino a residentes de la zona o a quienes van al restaurante o al yacimiento de Son Catlar, cosa que crea conflictos con el resto de conductores a los que, en alguna ocasión se ha necesitado de intervención policial. Aunque intentan pedir auxilio solo en urgencias por la falta de efectivos de los que dipone policía local y tráfico y afrontan los colapsos en la circulación con normalidad.
Inquietud
Enrique Pons declara que, con el gran aumento del número de turistas en esta temporada, están «haciendo un sobreesfuerzo emocional» y espera que la bajada de hoy del turismo nacional les dé un respiro.
El futuro incierto del aparcamiento ilegal de Macarella le preocupa al pensar en el próximo verano.