La propuesta del Govern de ubicar la residencia sociosanitaria en un nuevo solar y descartar, por tanto, el 'Verge del Toro' para este uso no convence ni al Consell ni al Ayuntamiento de Maó que siguen apostando por centralizar todas las necesidades que se planteen en esta materia en el viejo hospital. La alcaldesa de Maó, Conxa Juanola, fue ayer muy clara al aseverar que el Ayuntamiento se mantiene en la misma postura de siempre y «sería un error desaprovechar un edificio como éste» y no implantar allí la residencia sociosanitaria.
Es más, considera que «tenemos a disposición un edificio de siete plantas que, sin duda alguna, puede dar cobertura a todas estas necesidades». Juanola indica que «de las dos necesidades -la de recuperar un edificio en desuso y la de contar con una residencia sociosanitaria- debemos hacer una virtud». El jardín posterior y las vistas al puerto también deben tenerse en cuenta, indica. Y apunta a las dificultades con las que se encontraría el Ayuntamiento a la hora de dar con un solar que cumpla las condiciones tanto de superficie como de ubicación.
Por su parte, la consellera de Bienestar Social, Maria Cabrisas, se alinea con la alcaldesa de Maó y aunque asegure que «no estamos cerrados a nada», sí apunta que «queremos que en el Verge del Toro se ubique lo máximo posible».
Las declaraciones tanto de la alcaldesa como de la consellera se refuerzan una vez conocido el estado estructural del edificio, porque «si el informe hubiera arrojado conclusiones desfavorables, claro está que el planteamiento sería otro», aseguran. El documento «nos da muy buenas noticias» y permite avanzar en un tema que estaba paralizado, apuntan.
Tanto Cabrisas como Juanola han solicitado el informe técnico, además de la propuesta de usos. El Govern se volverá a reunir con el Consell y el Ayuntamiento de Maó a finales de marzo para valorar de nuevo la propuesta.
Consideran, por otra parte, muy positivo el hecho de que el Govern haya reconocido unas necesidades indiscutibles en materia de dependencia. «A la lista de espera de plazas sociosanitarias tenemos que sumar salud mental, que ha sido siempre la hermana pobre de todos los gobiernos», asegura Cabrisas y agrega que «tampoco hay alternativas de centros privados que permitan concertar plazas», entre otras carencias. Y concluye que «tenemos una realidad que cabe solucionar».