«Se trata de una zona arqueológicamente muy rica», asegura Juan Martínez, uno de los arqueólogos que trabaja en las obras de reparación del muelle de la ribera sur del puerto interior de Ciutadella que se derrumbó el pasado 23 de diciembre a causa de un temporal. Hasta el momento han encontrado en el fondo marino al menos 4.000 fragmentos de piezas antiguas, que comprenden desde el siglo III aC hasta el siglo XX.
La mayor parte del material es cerámica que corresponde a la época romana, aunque también es importante el volumen de restos procedentes de la época moderna, es decir, a partir del siglo XV.
«Estos restos nos dan pistas del tráfico marítimo existente y del comercio que había en el puerto», recalca el otro arqueólogo, Andreu Torres.
Ambos destacan la poca presencia de material de época islámica, algo que atribuyen a que entonces la producción era local y, por tanto, no se importaba de otras zonas.