La presión socialista para que Pere Moll deje el partido y la alcaldía de Es Migjorn se ha reanudado en las dos últimas semanas, pero sin abandonar todavía el ámbito insular. Madrid no intervendrá hasta que el expediente se haya cerrado en Menorca y Francina Armengol, que había mostrado interés por escuchar al afectado, parece tener problemas más importantes en Palma.
La presidenta de la gestora menorquina, María José Camps, envió un burofax a Pere Moll el día 3 en el que le informa de la apertura del expediente sancionador por no haber atendido el acuerdo de la dirección insular del partido que le pedía la renuncia a la alcaldía después de haberlo solicitado así la asamblea local de Es Migjorn Gran por los motivos conocidos (alquiler del local de la carnicería, facturas de viajes, obras en su domicilio, ausencias injustificadas, falta de liderazgo y la retirada de multas). El martes 11, ocho días después, recibía por el mismo cauce una comunicación de Juan Carlos Goñalons Sintes, nombrado instructor del expediente, en el que le comunica que dispone de cinco días para presentar alegaciones. Son los pasos del papeleo que marcan los estatutos para la expulsión de algún militante.
El siguiente será una propuesta de resolución de la gestora acordando la sanción de expulsión del partido, acuerdo que dará paso a otro periodo de diez días para alegaciones del afectado. Después, salvo el caso improbable de que se atiendan esas razones de Pere Moll, se cerrará el expediente en Menorca y se enviará a la dirección federal del partido en Madrid -una gestora también que no sabe nada aún- con la propuesta de expulsión.
Juan Carlos Goñalons, el instructor del caso, es afiliado de la agrupación socialista de Ferreries y miembro de la gestora del PSOE-Menorca en representación de ese municipio. Fue suplente en la candidatura al Senado en las elecciones generales de junio, trabaja como administrativo en el partido y dispone de tiempo para asumir el caso.