El antiguo hospital Verge del Toro de Maó sigue centrando el debate político insular. El Partido Popular quiere que el Consell de marcha atrás en su intención de convertir el edificio en un centro sociosanitario.
Así lo solicitará en el pleno de hoy la consellera Aurora Herráiz, quien defenderá la necesidad de elaborar un estudio detallado para conocer las plazas que necesita Menorca de dependencia, sociosanitarias y discapacidad. «Nos estamos enredando y falta una visión global. Hay que saber qué necesitamos, qué demanda hay y en qué consiste cada servicio, estamos obcecados con el sociosanitario y las necesidades sociales y la realidad cambian», expone la responsable del área social en el pasado mandato.
La popular afirma que «hay que hacer algo con él, pero está claro que un sociosanitario no es la mejor opción porque requiere de una gran inversión y se trata de un edificio muy grande al que hay que añadir la dificultad de la verticalidad». Para la consellera existe un gran desconocimiento acerca de lo que implica un servicio sociosanitario. «Es un servicio de convalecencia de duración media y larga, donde el paciente es trasladado, tras haber sido dado de alta del hospital, sin tener en cuenta su edad», concreta.
Y esto, apunta, «no está desarrollado aquí, es un sistema, que me parece fenomenal, que nace en Cataluña y solo funciona allí y en el País Vasco». Además, recuerda que Santa Rita dispone de cinco plazas de este tipo y que debían habilitarse otras cinco en Maó que todavía no se han puesto en marcha. En cambio, si la propuesta del Consell consiste en habilitar plazas de geriátrico o dependencia para acabar con la actual lista de espera de entre 100 y 120 personas, Herráiz cree que no es una buena idea «porque las familias quieren a los pacientes cerca y no tener que desplazarse hasta Maó». Por último, la popular concluye que «es necesario un replanteamiento global del ámbito social y sanitario para adaptarlo a la realidad existente».
Consell
Desde el departamento de Bienestar Social, la consellera Maria Cabrisas, recuerda que el trabajo actual se centra ahora en revisar el plan de usos del antiguo hospital, una tarea que se inició en 2009 y que quedó interrumpida con la llegada del PP a la administración insular. «Queremos que tenga el máximo de usos posibles y no renunciamos a que tenga camas», señala.
Este aspecto, precisamente, es el que está ahora encima de la mesa y es motivo de negociación con el Govern y el Ayuntamiento. La intención es convertir el Verge del Toro en un punto de referencia de los diferentes servicios sociales y sanitarios existentes. Desde un centro de día de salud mental, drogodependencias, dependencia y otros servicios sanitarios.
«Es importante que el ciudadano pueda ir a un lugar donde encuentre todo este tipo de servicios», explica Cabrisas. Pese a que la verticalidad del edificio dificulta la reconversión de sus 6.000 metros cuadrados, defiende que «debemos estudiar la posibilidad de poner camas al menos en las dos o tres primeras plantas, para no dejar a nadie fuera de las residencias y atender a la gente mayor convaleciente o con dificultades cronificadas».
Para Cabrisas lo más importante es «poner el andamio cuanto antes» y desbloquear una situación que lleva paralizada una década. «Está claro que Menorca necesita otra residencia y nosotros no queremos dejar el Verge del Toro como el antiguo hospital militar», sentencia.