Cualquier propietario de fincas agrícolas o forestales deberá cumplir con la normativa de Sanidad Vegetal y no tener los campos y bosques abandonados. Es más, la administración podrá hacer efectivas sanciones a aquellos que no cumplan con sus obligaciones con el fin de evitar posibles focos de infecciones (como el caso de la xylella) o de incendios en áreas forestales.
El control sanitario contra plagas o especies invasoras es uno de los nuevos puntos que regula el anteproyecto de Ley Agraria que presentó ayer el conseller de Medio Ambiente y Agricultura, Vicenç Vidal, que definió la nueva norma como «más agraria y menos urbanística». Precisamente los aspectos del suelo rústico se limitan a las actividades agrícolas para «priorizar los usos típicos del suelo rústico por encima de los que no lo son», señaló el director general de Agricultura, Mateu Ginard.
Ginard se refiere, por ejemplo, a la eliminación de los agroturismos que ahora se controlarán por la Ley Turística y en la cual se eliminan los de nueva construcción. También se endurecen las condiciones para que una explotación agraria sea considerada 'preferente', ya que el agricultor tendrá que demostrar que el 25 por ciento de sus ingresos procede de la agricultura, no de un amplio abanico de actividades complementarias.
El nuevo texto define claramente qué son actividades complementarias de la agricultura, y en ellas no se incluye el polo como lo hacía la Ley de diciembre de 2014 de Gabriel Company.
También considera toda la ganadería como actividad agraria estratégica, «no únicamente la equina como en la pasada Ley», puntualizó Ginard que además, fijará unas dimensiones mínimas para acoger a los animales, así como unas dimensiones máximas «para proteger el suelo rústico de actividades que no le son propias y evitar movimientos especulativos», destacó.
COMPENSACIONES
El anteproyecto de Ley, que ahora entra en fase de debate con los diferentes sectores agrícolas, fija por primera vez que se podrán exigir medidas compensatorias a aquellas personas o empresas que ejerzan una «presión sobre el suelo rústico haciendo un uso atípico». Para ello, deberán 'compensar' esta actividad con contratos territoriales o parques agrarios para compensar al sector.
Otra novedad es la prohibición de los transgénicos o que los procesos de exoneración serán a partir de ahora «públicos y garantistas» siempre condicionados a mantener la actividad agraria, a excepción del agroturístico. Por su parte, el gerente de Asaja, Joan Simonet, aseguró ayer que el 97 por ciento de los puntos de la nueva Ley son «idénticos» a la anterior norma.